PUERTO PRÍNCIPE.— Esta ciudad amaneció llena de cuerpos sin vida y de gente que deambula azorada por la brutalidad del terremoto que el martes mató a miles.

Decenas de cuerpos son tirados a las orillas de calles y caminos. Todos amortajados, envueltos en sábanas sucias, enrojecidas por la sangre. “Se apilan como si fueran bolsas de basura en espera de ser recolectadas”, lamentan los sobrevivientes.

La situación que impera en el país motivó la preocupación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) por el surgimiento de posibles epidemias. El organismo consideró prioritario continuar con la búsqueda y rescate de supervivientes, el tratamiento de heridos, establecer medidas sanitarias y evitar la contaminación del agua potable.

El diario haitiano Metropole informó en su edición electrónica que se elevó el riesgo de que enfermedades infecciosas se propaguen en la capital, por el inadecuado manejo de los cadáveres.

El olor de los cuerpos en estado de putrefacción colocados en algunas calles de Puerto Príncipe se ha vuelto insoportable y a menudo son manipulados sin protección por los voluntarios, mencionó en internet.

Las acciones masivas de rescate en las miles de construcciones caídas o de auxilio a la población, aún no existen. Cada quien se ayuda como puede.

Aunque la tragedia movilizó al mundo para brindar ayuda, las entregas por mar eran imposibles de desembarcar, debido a los daños sufridos por el puerto de la capital haitiana, reportó el Programa Mundial de Alimentos de la Organización de Naciones Unidas.

En el aeropuerto, decenas de aviones de todo tipo se agolpan en el único paradero, sin que exista la infraestructura material o humana que permita la movilización de las miles de toneladas de ayuda, agregó el organismo.

El gobierno estadounidense confirmó que interrumpió el envío de vuelos a suelo haitiano porque no hay lugar para más aviones ni combustible para reabastecerlos en el regreso.

Los aviones de la Fuerza Aérea Mexicana con ayuda no pudieron aterrizar. Fueron desviados a República Dominicana, donde permanecerán hasta que haya espacio y aterricen en esta ciudad.

Carreteras bloqueadas por escombros y autos chocados contribuyen también a la lentitud de la ayuda.

La Cruz Roja de Haití estimó que entre 45 mil y 50 mil personas podrían haber muerto, mientras que unos 3 millones de haitianos resultaron heridos o perdieron sus hogares por el sismo de magnitud 7 en la escala de Richter.

Trabajadores de ayuda humanitaria advirtieron que la cifra de muertos subirá rápidamente si decenas de miles de heridos, muchos con huesos rotos y una seria pérdida de sangre, no reciben auxilio en las próximas 24 horas.

El Comando Sur Estadounidense reportó que los primeros 100 de 900 soldados que acudirían a Haití aterrizaron ayer. Esta semana, llegarían más de 2 mil infantes de marina.

(Con información de Agencias)