Zelaya abandona México, en silencio
CALLADO Manuel Zelaya dejó ya la ciudad de México. (Foto: REUTERS / Daniel Aguilar )
sergio.jimenez@eluniversal.com.mx
El derrocado mandatario de Honduras, Manuel Zelaya, abandonó tierras
mexicanas poco antes de las 17:00 horas sin poder hacer declaraciones,
a raíz de que el Estado Mayor Presidencial (EMP) le prohibió acercarse
a los medios de comunicación; sin embargo, el ministro de la
Presidencia hondureña, Enrique Flores, agradeció el respaldo que les
otorgó el gobierno de México.
Zelaya Rosales llegó escoltado a las instalaciones del hangar
presidencial en donde, por unos minutos de diferencia, estuvo a punto
de coincidir con el presidente Felipe Calderón, quien regresaba de una
gira por el estado de Tamaulipas.
Ante una puerta de cristal que lo separaba de los medios de
comunicación, Zelaya se acercó para hacer declaraciones y despedirse;
sin embargo, al pedir que le abrieran la puerta, el personal de
seguridad se lo negó.
Aun así, con señas, dijo que saldría por la puerta principal para
platicar con los medios. Ahí tampoco le fue permitido salir. Finalmente
fue Flores quien logró cruzar para anunciar que viajan con rumbo a
Managua, en donde prepararán los viajes a Brasil y Ecuador, donde
asistirá a la toma de procesión de Rafael Correa, y luego a Washington,
en lo que han denominado la “ofensiva diplomática”.
A nombre de Zelaya, Flores agradeció el respaldo recibido de México,
apoyo que incluyó la cobertura de los gastos derivados por la estancia
del depuesto mandatario hondureño y su comitiva.
Antes de partir, Enrique Flores dijo que una condicionante
indispensable para lograr un acuerdo con el gobierno de facto en
Honduras –que está incluida en el acuerdo de San José— es el
reconocimiento y la reinstalación de Zelaya en la Presidencia de aquel
país.
“Honduras se juega la restitución de un presidente, pero es un
escenario que va más allá porque se está jugando el futuro de la
democracia de América Latina”.
Dijo que el hecho de que organismos como la OEA y la ONU no puedan
revertir un golpe de Estado “debilitaría mucho la hegemonía del
presidente Obama y pondría en entredicho la eficiencia de estos órganos
multilaterales”.
Además de Flores, Zelaya viaja acompañado de su canciller, Patricia Rodas.