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El proyecto en el cual Petróleos Mexicanos (Pemex) había colocado sus mayores esperanzas para ayudar a elevar la producción de crudo resultó con expectativas menores a las previstas.

En un año, el yacimiento de Chicontepec, en el norte de Veracruz, redujo a la mitad sus pronósticos de producción, principalmente por la complejidad “técnica y de ejecución” para perforar en esa zona montañosa, de acuerdo con informes de la petrolera.

Antes de abril de 2008, se estimaba que en el periodo 2009-2017 la zona produciría 867 mil barriles diarios; sin embargo, la estimación más reciente hecha este mes prevé una producción de sólo 443 mil barriles diarios.

En su iniciativa de reforma energética, el propio presidente Felipe Calderón había asegurado que “los yacimientos de Chicontepec se caracterizan por su bajo contenido de hidrocarburos, baja permeabilidad y baja presión, por lo que la productividad de los pozos es reducida”.

A finales de 2008 el proyecto se reactivó, pero Pemex está consciente de los riesgos, entre ellos que no se cuente con tecnología eficaz para reducir costos, la escasez de personal especializado en geociencias, que la producción sea menor y que la calidad de hidrocarburos no sea óptima.