Aun cuando en 72 horas el Banco de México (Banxico) ha tenido que inyectar al mercado cambiario 8 mil 900 millones de dólares, no ha podido contener la caída del peso y en tres días ha gastado 10.6% de las reservas internacionales, que al 3 de octubre sumaban 84 mil 116 millones de dólares.

A lo anterior se añade que los precios del petróleo y el peso siguen a la baja. En siete días este último se desplomó 16.8%, mientras que el crudo 65.89 dólares por barril; la víspera perdió 8.28 dólares.

Ayer, la moneda mexicana presentó una depreciación superior a 2%. El tipo de cambio volvió a superar los 14 pesos por dólar, y al cierre del día se ubicó en 13.25 pesos por dólar, según cotización de Banamex.

El Fondo Monetario Internacional planteó la necesidad de que México adopte medidas de emergencia adicionales y consideró urgente una solución consensuada para fortalecer al sector petrolero.

En Washington, el Grupo de los Siete (G7) advirtió que la crisis exige una acción “urgente y excepcional”, motivo por el cual utilizará todos los instrumentos necesarios para estabilizar los mercados financieros, restablecer el flujo del crédito y frenar el desplome en las perspectivas del crecimiento global.

Al margen del encuentro, el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Henry M. Paulson Jr., anunció la nacionalización parcial de los bancos.

Al final de otro día negro bursátil en el mundo, dio a conocer que el gobierno comprará fondos de inversión para capitalizar a la banca y firmas hipotecarias, así como para aliviar la crisis de desconfianza que asfixia a los mercados financieros.