Las bolsas de valores del mundo mostraron un desplome generalizado arrastradas por el derrumbe del mercado chino, que perdió 8.8% en un día, la mayor baja en 10 años.

Analistas internacionales explicaron que la ola de ventas en la bolsa china obedeció a rumores de que hay planes en el país asiático para aplicar un impuesto de 20% a las ganancias en inversiones bursátiles y a la posibilidad de que China imponga medidas de austeridad a través de un aumento en sus tasas de interés, como una alternativa para frenar su acelerado crecimiento.

Junto a esos factores se mencionaron las crecientes señales de desaceleración en la economía de Estados Unidos.

La Bolsa Mexicana de Valores (BMV) perdió 5.8% -su mayor caída en siete años-, mientras Argentina y Brasil retrocedieron 7.49% y 6.62%, respectivamente. En Estados Unidos, el índice Dow Jones cayó 3.29%.

La combinación de las perspectivas negativas de la economía estadounidense y las decisiones de política monetaria que tomará el gobierno chino orillaron a los inversionistas a buscar opciones más seguras, lo que provocó la salida masiva de dinero de los mercados emergentes.

Las previsiones negativas para la economía estadounidense afectarían principalmente a China y México, dos de los principales exportadores al vecino país.

El dólar se ubicó ayer en 11.17 pesos, su mayor nivel de los últimos ocho meses.

Alfredo Coutiño, especialista para América Latina de Moody´s economy.com, dijo que la situación internacional presionará en el corto plazo a México, cuyo banco central analiza elevar las tasas de interés para controlar la inflación.

"Si se valida este escenario, los valores bursátiles de México descenderían; sin embargo, la bolsa no se desplomaría, sino que registraría un ajuste a la baja en los próximos dos meses que traería consigo nerviosismo y cautela por una mayor inflación y tasas más altas", explicó.

El secretario de Hacienda, Agustín Carstens, descartó el riesgo de una crisis o una vulnerabilidad macroeconómica.

En las primeras horas de hoy miércoles el gobierno chino buscó tranquilizar los mercados negando los rumores de que aplicará impuestos a las ganancias bursátiles. Pero las bolsas chinas y japonesas comenzaron la jornada con pérdidas de 1.34% (en Shanghai) y 3.56% en Tokio.