El Senado votará el próximo miércoles en comisiones un proyecto para penalizar la reincidencia en la posesión de pequeñas cantidades de droga, y para facultar por primera vez a los gobiernos de los estados y del Distrito Federal en el combate al narcomenudeo.

La reforma fue vetada por el ex presidente Vicente Fox debido a que la propuesta original planteaba permitir la portación de narcóticos en dosis bajas para el uso individual, lo cual generó voces de alarma en algunos sectores y en el gobierno estadounidense por considerar que ello ´legalizaba´ el uso de enervantes.

Ahora, a propuesta del Ejecutivo, los senadores aceptaron reducir la cantidad permitida de droga a un sujeto para su consumo personal, siempre y cuando no sea farmacodependiente.

En vez de cinco gramos de mariguana (que permiten hacer unos 10 cigarrillos) que los senadores iban a fijar como cantidad máxima permitida en la Ley General de Salud, ahora serán dos gramos (unos cuatro cigarrillos).

Anteriormente, se planeaba autorizar hasta 100 miligramos de anfetamina para una persona, pero el Ejecutivo lo objetó por ser una cantidad excesiva (dos pastillas y media de 40 miligramos cada una). Así, los legisladores aceptaron reducirla a un máximo de 40 miligramos.

También a propuesta de la Presidencia, los senadores buscan exentar de proceso penal al consumidor sólo cuando se le sorprenda "por una sola vez" con un único tipo de droga establecido en la tabla que señala la Ley General de Salud y en la cantidad fijada.

Sin esos requisitos, o si se le vuelven a hallar enervantes, sea cual sea la cantidad que porte, se le procesará penalmente. En tanto, los comercios que sean sorprendidos como narcotienditas serán clausurados.

También se exentará de cualquier sanción penal a los indígenas que posean y consuman peyote u hongos alucinógenos cuando sean para uso en sus ceremonias y ritos tradicionales.

En cuanto a los farmacodependientes, se les eximirá de enfrentar un proceso penal si se acredita su adicción. En ese caso, las autoridades judiciales deberán dar aviso a las autoridades de salud para que reciban tratamiento.

También se dará rehabilitación en los reclusorios, y la farmacodependencia no será considerada como antecedente de mala conducta cuando la persona busque su libertad condicional o el beneficio de la libertad preparatoria.

(Con información de Arturo Zárate)