aviso-oportuno.com.mx

Suscríbase por internet o llame al 5237-0800




Comer para llenar, un vacío emocional

TEXTOLILIANA ALCÁNTARA FOTOS DE DAVID JARAMILLO| El Universal
Domingo 23 de julio de 2006
Cuando se ingieren alimentos en la búsqueda de mitigar depresiones, angustias o euforias, se puede considerar una enfermedad y es necesario acudir con quien nos ayude a controlar esos impulsos, para disminuir o prevenir la obesidad y el sobrepeso, antes de seguir dañando nuestra salud

Me llamo Rosa y soy una tragona. Comía porque estaba triste y porque estaba alegre. Comía sin tener hambre. Hice de todo para bajar de peso y hasta me engrapé el estómago, pero nada funcionó. Ahora sé que comía para llenar un vacío emocional".

Ese es el testimonio de Ana Rosa, una mujer que pesa 169 kilos, mide metro y medio de estatura y forma parte del Grupo Tragones Anónimos 24 Horas.

Tragones Anónimos es una organización de ayuda mutua creada hace 23 años, que se basa en el método de los 12 pasos de Alcohólicos Anónimos para superar una enfermedad que, para quienes la padecen, es incontrolable: la obesidad.

Ahí se orienta a las personas a bajar de peso, se les ayuda a reconocer el motivo de su enfermedad y a que aprendan a manejar sus emociones para evitar recurrir a la comida por depresión, ansiedad y euforia.

Miriam, su fundadora, asegura que no dan recetas mágicas ni restringen la alimentación de nadie, "lo único que hacemos es darles un plan de alimentación adecuado, los escuchamos, entendemos, compartimos experiencias y les damos la comprensión y el cariño que no encuentran en otro lado, porque siempre son objeto de burlas y de rechazo".

Se le denomina Tragones Anónimos porque las personas obesas y con sobrepeso, por lo general, no mastican los alimentos sino que los degluten, los tragan en exceso y con velocidad, lo que les impide, a su vez, llegar a la saciedad.

Miriam dice que es su propia experiencia la que le permite conocer a fondo sobre nutrición, saber la causa de la obesidad y tratarla.

"Desde niña fui obesa. Hice de todo para bajar de peso. Incluso dejé de comer hasta desmayarme. Fui con sicólogos, nutriólogos, seguí un régimen de alimentación muy estricto, consumí productos naturistas, practiqué yoga y nunca pude bajar de peso y mantenerme.

"Bajaba y subía de peso todo el tiempo, hasta que decidí seguir mi propio plan de alimentación con todo lo que ya sabía y lo que me habían dicho los especialistas y, para mi sorpresa, funcionó y bajé 62 kilos".

"Mis amistades se sorprendieron y me apoyaron para que difundiera mi experiencia y así lo hice, el 5 de septiembre de 1983, en Durango, cuando abrí el primer grupo de Tragones Anónimos, con la asesoría de un amigo que era alcohólico y que me sugirió agregar los 12 pasos del programa de recuperación que se sigue en Alcohólicos Anónimos, porque creer en Dios ayuda mucho".

Esos 12 pasos se refieren al aspecto espiritual: admitir que se tiene la enfermedad, creer que existe un "poder superior" que los ayudará, confiar su vida a Dios, hacer un inventario moral, admitir las faltas ante Dios, estar dispuestos a eliminar los defectos de carácter, pedir a Dios que limpie las culpas, estar dispuestos a reparar el daño causado a otras personas, orar y meditar y compartir el mensaje con otras personas.

El conocimiento y la asesoría que Miriam recibió le permitieron idear un plan de alimentación diario basado en el consumo de alimentos que contienen mil 500 calorías "que son las que el cuerpo necesita para funcionar de manera adecuada".

En dicho plan establece la cantidad exacta que se debe consumir de cada alimento. "No restringimos ningún alimento porque todos son necesarios. Los dulces, el pan y la tortilla están incluidos en el plan de alimentación, sólo que su consumo debe ser limitado", explicó.

Citó como ejemplo que, si una persona consumía tres tortillas, ahora comerá una, y si acostumbraba un postre después de comer, lo seguirá haciendo pero hecho en casa con productos bajos en calorías, como la leche descremada.

Ana Rosa, de este grupo, asegura que no lo dejará hasta que consiga su propósito: bajar de 169 a 54 kilos. Lo hará por su salud, porque no quiere enfermar de diabetes ni de hipertensión, y porque quiere tener una vida normal. "Como estoy ahorita no puedo transportarme con facilidad, no quepo en las sillas comunes y no puedo caminar más de media cuadra sin que me canse".



comentarios
0