En abril de 2013, el recién designado embajador de México en Francia, Agustín García López Loaeza, aseguró que en la relación bilateral “hemos dado vuelta a la página”. Un año después, la visita de Estado que inicia el jueves el presidente galo Francois Hollande, cristaliza el objetivo de la actual administración de superar la crisis diplomática que enfrentó el calderonismo por el caso de la francesa Florence Cassez, y que afectó otros ámbitos, más allá del político.

Con un intercambio comercial que alcanzó la cifra récord de 3 mil 900 millones de euros en el año 2013 (14% más que en 2010), con exportaciones que se cifraron en 2 mil 400 millones de euros, y mil 400 empresas donde hay capital social francés en el país, es evidente la importancia de la relación estratégica con la nación que es la quinta economía mundial.

La historia común incluye conflictos como la intervención francesa de 1862 o la ruptura de relaciones durante la Segunda Guerra Mundial, hasta que en 1945 se restablecieron relaciones. Desde esa fecha, la sociedad entre ambos países ha sido de creciente expansión, para convertir hoy a México en el segundo cliente latinoamericano de Francia (detrás de Brasil).

Hace 50 años, en 1964, la visita del entonces presidente Charles de Gaulle, marcó una nueva etapa en la relación; desde entonces, un total de cinco mandatarios galos han realizado siete visitas oficiales a territorio nacional; aunque la última, en marzo de 2009, con Nicolas Sarkozy al frente del gobierno, estuvo enmarcada por el conflicto, la diplomacia se fracturó, y se marcó un ritmo distinto, en el que las acusaciones de que México era un país en el que se denegaba la justicia, y que el gobierno incumplía con sus compromisos internacionales, fueron la tónica hasta el final del sexenio anterior.

Ahora, la visita de Estado de Hollande representa un viraje, y “tiene como propósito reforzar la asociación estratégica que ambos países mantienen, mediante una mayor cooperación en sectores prioritarios para México y Francia”, ha señalado la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE).

Lejos del protocolo oficial, el viernes 11 de abril visitará Teotihuacán, como lo hiciera hace cinco décadas De Gaulle, acompañado por Adolfo López Mateos, en una estadía de tres días durante la que pronunció un discurso en Palacio Nacional con un mensaje claro de alianza: “He aquí pues lo que el pueblo francés propone al pueblo mexicano: marchemos la mano en la mano. ¡Viva México!”.

Después de ese encuentro entre mandatarios, se concretaría en los siguientes años la alianza propuesta por De Gaulle. En París se abrieron oficinas de Petróleos Mexicanos, Turismo, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y un Centro Cultural, entre otras representaciones del gobierno mexicano.

En 1979 llegó a México el mandatario Valéry Giscard d’Estaing —durante el gobierno de José López Portillo—, quien propuso impulsar la cooperación económica y energética. Aunque la que se ganó las primeras planas de los periódicos fue la presencia en Cancún de Francois Mitterand en octubre de 1981, durante la Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno Norte-Sur, que coincidió con la firma ese año de un Acuerdo de Cooperación Económica y un convenio de suministro de petróleo entre Pemex y la Compañía Francesa de Petróleo (CFP).

La relación bilateral se siguió tejiendo. En noviembre de 1998, el presidente Jacques Chirac y Ernesto Zedillo se reunieron en México, y suscribieron acuerdos de seguridad, educación y cultura; el mandatario galo regresaría para participar en otras cumbres en 2002 y 2004, ya durante el foxismo.

La ruptura

El punto de quiebre llegó en marzo de 2009, con la visita de Estado de Nicolas Sarkozy. El caso de la ciudadana francesa Florence Cassez, sentenciada a 60 años de cárcel por tres secuestros, y la exigencia del mandatario de que le fuera entregada para cumplir su condena en Francia a partir del Tratado de Estrasburgo, empañó su presencia en México.

El conflicto escaló. Se canceló el Año de México en Francia programado para 2011, evento en el que ya se habían invertido 20 de los 50 millones de euros destinados al proyecto. El gobierno de Felipe Calderón no cedió a la pretensión de Sarkozy de que cada evento se dedicara a Cassez, hallada culpable de secuestro en tribunales mexicanos.

Fue hasta enero de 2013, cuando la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) ordenó la inmediata libertad de Florence Cassez —por las violaciones flagrantes a su proceso—, que el conflicto tuvo punto final.

El ya entonces presidente Hollande, si bien dio la bienvenida a su ciudadana, expuso que terminó un momento doloroso, y cambió el tono del discurso oficial al indicar: “Quiero reconocer a la justicia mexicana, que ha permitido que el derecho prevalezca”. Añadió además que “ahora México y Francia tienen la mejor relación posible”.

“Con este viaje, la intención de ambos presidentes es pasar la página del asunto Cassez y mirar hacia el futuro”, asegura en entrevista con EL UNIVERSAL el analista político y profesor de la Universidad Juan Carlos I, Carlos Fernández de Liesa.

“Y creo que los dos líderes serán capaces de hacerlo. Ya ha pasado el tiempo suficiente para que las aguas vuelvan a su cauce”, señala.

En opinión del profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Rey Juan Carlos I, los dos países tienen un papel importante en el mapa geopolítico actual. Los dos son miembros del G-20, forman parte de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y también de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).

En el caso de Francia, Fernández de Liesa subraya el interés económico y comercial. “A Francia le interesa incrementar su intercambio comercial con México por la crisis económica que está viviendo en la actualidad, igual que les pasa a la mayoría de los países de la Unión Europea que ven México como un mercado potencial”, explica.

“Pero también lo ven como una puerta de entrada al mercado estadounidense que tanto les interesa”, añade.

Este será el primer viaje oficial que realice el presidente Hollande a México, y lo hará acompañado por tres ministros: Laurent Fabius (Relaciones Exteriores y Desarrollo Internacional), Aurélie Filippetti (Cultura y Comunicaciones) y Marisol Touraine (Asuntos Sociales), así como por una importante delegación de empresarios de su país.

RELACIÓN. El entonces presidente de Francia, Charles De Gaulle, durante su visita a México en 1964. Lo acompaña su homólogo mexicano Adolfo López Mateos (ARCHIVO EL UNIVERSAL)