ZAMORA

Protegida por autoridades de los gobiernos federal, estatal y municipales, así como por organizaciones no gubernamentales nacionales e internacionales, empresarios, políticos de la talla de la panista Marta Sahagún y el perredista Leonel Godoy, el poder de Rosa del Carmen Verduzco creció durante 67 años, a través de la casa hogar La Gran Familia.

Hoy, la mujer conocida como Mamá Rosa se encuentra bajo una exhaustiva investigación judicial, al grado que la Procuraduría General de República (PGR) aún no determina los delitos debido a los graves niveles de maltrato y corrupción de menores que detectaron en el orfelinato michoacano, de donde rescataron a 587 víctimas, 418 de ellos menores de edad.

Jesús Murillo Karam, titular de la PGR, señaló en conferencia de prensa en la ciudad de México: “Quiero decirles que los primeros sorprendidos del tamaño del problema fuimos nosotros, junto con mucha gente de organizaciones nacionales o internacionales y del propio gobierno, considerábamos este centro como uno de los centros en que podíamos confiar el cuidado de los menores.

“Y digo nos sorprendimos porque el propio gobierno, en muchas ocasiones, tanto el local como el federal, auxilió a esta organización y tenían el apoyo también de organizaciones locales e internacionales, y que contaba con prestigio para todos, como todos lo conocíamos y como incluso la declaración de algunos muy respetables intelectuales confirma, lo cual nos generó a parte de sorpresa, una terrible inquietud”, declaró.

Mamá Rosa, quien está internada en un hospital privado en la ciudad Morelia por complicaciones con la presión arterial y diabetes, pero estable, ha recibido donaciones de Conaculta, Fonca, Sedesol, el Instituto Nacional de Bellas Artes, el municipio de Zamora, el gobierno estatal y empresas como Gigante-Soriana, se lee en su página de internet, aunque los montos no están abiertos al público.

Sin embargo, de acuerdo con información oficial, el municipio de Zamora ofreció 20 mil pesos mensuales durante el año 2012 a esta asociación civil, mientras que el gobierno federal, a través de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), otorgó de 2009 a 2013 al menos 820 mil 286 pesos.

“Trato inhumano”

Murillo Karam reconoció que “ésta es una de las averiguaciones que más me ha impactado en el sentido de encontrar actitudes verdaderamente inhumanas”, por lo que a pesar del prestigio del que gozaba la institución por la labor que ahí se realizaba, la dependencia fincará responsabilidades con base en evidencias y no en opiniones, en clara alusión a quienes han emitido declaraciones a favor de Verduzco.

Adelantó que hay una línea de investigación para determinar qué pasó con las denuncias previas contra “La Gran Familia” y Mamá Rosa o La Jefa, a fin de determinar si existió una omisión atribuible a servidores públicos; agregó que aún no determinan los delitos y si los nueve detenidos están implicados.

Informó que hasta el momento han testificado 12 víctimas —entre menores de edad y adultos—, además, dijo, al menos 70 padres se han acercado a la PGR para ubicar a sus hijos y aportar testimonios.

Suma unas 50 denuncias

Los familiares de los niños y adolecentes del albergue, que se encuentran desde la madrugada del miércoles en la zona, esperan noticias de sus hijos, amigos o conocidos, luego de que detuviera a la directora de este centro, han comenzado a denunciar —hasta ayer iban cerca de 50 quejas— situaciones de incomunicación, firma de documentos y actas notariadas forzosas, cobro de cuotas aún después de salir del albergue y maltratos físicos y castigos extraordinarios.

Pero también hay quienes, egresaron de este lugar y han anunciado que realizarán manifestaciones porque aseguran que Mamá Rosa, es su única familia y que ella les enseñó “a ser alguien en la vida”.

El Ministerio Público federal se encuentra afuera del lugar para levantar denuncias y declaraciones de los afectados, mientras la Comisión Estatal de los Derechos Humanos ha enviado a un grupo para recibir quejas.

ANGUSTIA. Numerosas madres de familia se dieron cita ayer afuera del albergue La Gran Familia, donde esperan noticias sobre sus hijos (RAÚL TINOCO / EL UNIVERSAL)