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Tras una larga jornada de trabajo, consistente en tener relaciones sexuales con alrededor de 20 ó 30 hombres, y de haber juntado un monto aproximado de 25 dólares, una joven de 15 años llega a su domicilio para iniciar una batalla con sus compañeras de vivienda. “L” pelea por un poco de agua para bañarse y, con esto, tratar de lavar parte del sufrimiento que la acompaña desde que fue enganchada por una red de tratantes que se la llevaron desde su natal Jalisco hacia Atlanta, en Estados Unidos.

“L” fue rescatada y repatriada de Estados Unidos por la Fundación Nacional de Niños Robados y Desaparecidos (FIND) en 2003, cuyo caso contribuyó al desmantelamiento de la red de trata y prostitución del lenón Noé Quetzal Méndez, según datos proporcionados por Juan Manuel Estrada, fundador y presidente de la organización civil que encontró a la joven.

“Tenemos un grupo de alrededor de 20 jovencitas que hemos rescatado en México, sin contar a las que salvamos en Atlanta, cuando se desmanteló a la red de Noé Quetzal Méndez, porque colaboramos con el FBI y éste fue muy reservado en cuanto a los datos”, explicó Estrada durante una entrevista con EL UNIVERSAL.

El presidente de FIND dijo que Estados Unidos es uno de los países que reciben más víctimas mexicanas de trata y que en ese país las principales ciudades de comercio sexual son Atlanta y Nueva York.

El especialista refirió que a nivel nacional este crimen tiene rutas de tránsito bien definidas y que los tratantes buscan a sus víctimas en poblaciones alejadas de las zonas urbanas para convencerlas de viajar al Distrito Federal, donde las obligan a trabajar “para que paguen el coyote que las va a llevar a otras ciudades hasta llegar a Estados Unidos”.

La siguiente parada es el municipio de Tenancingo, en Tlaxcala. A partir de allí, la ruta sigue hacia el Pacífico “donde hemos detectado más casos de personas que son llevadas para ser explotadas sexualmente. Luego llegan a Tijuana y de allí las pasan a San Diego. Ya en Estados Unidos, las jovencitas comienzan a ser distribuidas en todo el país”, explicó el presidente de la fundación FIND.

Respecto al perfil que los tratantes buscan en sus víctimas, Estrada Juárez explicó: “ellas son jovencitas con características requeridas por la clientela. En ese país, la comunidad latina es la que más pide chicas y se interesa en las mexicanas porque son más baratas que las estadounidenses”.

Juan Manuel Estrada refirió que otros destinos de las víctimas de trata mexicanas son los países de Europa del Este, e incluso se han detectado casos en Japón.

jram