Un nuevo episodio de La Guerra de las Televisoras se suscitó ayer por la tarde entre los programas más importantes de espectáculos...

Las reporteras Mónica Garza, de TV Azteca, y Lilia Rodríguez, de Televisa, escenificaron al aire un enfrentamiento cuando buscaban entrevistar a la modelo Carmen Campuzano, quien durante dos semanas estuvo hospitalizada al borde de la muerte y apenas el martes fue dada de alta y trasladada a casa del mejor amigo de su ex esposo, Mario Carballido.

La disputa despertó el enojo de los conductores de los programas de espectáculos más importantes de ambas televisoras, que desde sus estudios se lanzaron acusaciones y descalificaciones. "Mónica Garza ni siquiera es reportera dijo Flor Rubio. Es costurera y hay costureras más sanas agregaron Juan José Origel y Verónica Gallardo", desde el canal 9 de Televisa. "La oreja es una copia mal hecha de Ventaneando ", respondió Daniel Bisogno en Canal 13.

Pati Chapoy, pionera de este tipo de programas, acusó a su ex compañero Origel de provocador y descalificó su trabajo, aduciendo que ella lleva siete años al frente de su programa y en este tiempo ha dado repetidas pruebas de su ética y profesionalismo. El pleito inició cuando Lilia Rodríguez interrumpió la entrevista que hacía Mónica Garza a Campuzano, desde la casa en donde se recupera, propiedad de un amigo de Carballido, quien es animador de programas en Televisa.

El camarógrafo de Televisa rodeó el lugar donde la reportera de Televisión Azteca realizaba su entrevista, y ésta respondió cubriendo la cámara con su agenda. Entonces la discusión se centró en ver cuál de los programas había sido llamado primero para realizar la entrevista. En medio de la discusión, Mónica Garza abandonó la sala de estar y Carmen Campuzano fue retirada por un asistente y una enfermera a otra habitación para ser atendida.

En los estudios, los conductores de ambos programas defendían en vivo su derecho de hacer primero la entrevista, lo que sólo consiguió la televisora del Ajusco, ya que llegó antes al departamento.

Carmen Campuzano se vio obligada a ponerse el collarín con el que salió del hospital, cansada y consternada se disculpó.