Con la fortaleza que le dan sus casi 80 años de existencia y su presencia como la principal editorial mexicana y una de las importantes de América Latina y España, con librerías en algunos países del área, el Fondo de Cultura Económica (FCE) ha sabido remontar dificultades y superar logros cada día.

Su historia inicia en 1934, cuando Daniel Cosío Villegas, uno de los grandes intelectuales y promotores culturales del siglo XX, visualizó la necesidad de contar con una biblioteca básica en español enfocada, sobre todo, a los estudiantes de la recién fundada Escuela Nacional de Economía.

Sin embargo, pronto la editorial se dio cuenta que sus fronteras debían extenderse a los demás quehaceres humanos, del país y fuera de sus fronteras, de ahí que otra de sus fortalezas sea permanecer abierta y respetuosa a todas las ideas, para que los intelectuales y autores expongan sus tesis sin ninguna restricción.

Muestra de lo anterior, según información del propio FCE difundida en su página en Internet, es que en estas casi ocho décadas se han publicado las obras de muchos y muy brillantes talentos, los cuales integran su catálogo, siempre vigente y uno de los más ricos y variados de Iberoamérica.

Sin afán de lucro, la institución fue creada con apoyo financiero del Estado a manera de fideicomiso, para impulsar la cultura sin condicionarla ni censurarla. De esa forma, después de la colección de Economía surgieron otras series que pusieron en las manos de los lectores de habla hispana la más amplia diversidad de temas.

Por ejemplo, en los primeros 15 años de vida, bajo la dirección de Cosío Villegas, se publicaron 342 títulos a través de las colecciones de Economía, Política y Derecho, Sociología, Historia, Tezontle, Filosofía, Antropología, Biblioteca Americana, Tierra Firme y Ciencia y Tecnología.

Por esos años también se editaron y promovieron obras en lengua española, que vinieron a sumarse a las traducciones iniciales del catálogo de la editorial.

La siguiente dirección estuvo a cargo de Arnaldo Orfila Reynal, de 1948 a 1964, época en la que se publicaron 891 títulos nuevos y se crearon siete colecciones: Breviarios; Lengua y Estudios Literarios; Arte Universal; Vida y Pensamiento de México; Psicología, Psiquiatría y Psicoanálisis, y la muy gustada Colección Popular.

Como se ve, la presencia del FCE crecía rápidamente y no solamente en México sino hacia Iberoamérica, y ello abarcó también su presencia física, con sus primeras sucursales en Buenos Aires, Argentina (1945), y Santiago, Chile (1954), para en 1963 llegar a España, su mayor sucursal. Actualmente cuenta con nueve filiales.

Fiel a las bases asentadas desde su fundación, el perfil del FCE ha sido la publicación de obras del pensamiento y la creación universal sin cortapisas.

Así, de 1965 a 1976, con Mariano Azuela, Antonio Carrillo Flores, Francisco Javier Alejo y Guillermo Ramírez como directores generales, se publicaron 608 nuevos títulos y se reforzó su estructura de edición y encuadernación.

Se creó la colección Archivo del Fondo y entre 1977 y 1982 ocupó la dirección José Luis Martínez, quien creó la serie Revistas Literarias Mexicanas Modernas y publicó 448 títulos nuevos. Jaime García Terrés encabezó la editorial de 1983 a 1988, y le añadió 12 colecciones y mil 397 títulos nuevos.

Bajo la tutela de Enrique González Pedrero, en 1990, se reforzó la serie de Política y Derecho, y entre 1990 y 2000 la encabezó el ex presidente Miguel de la Madrid Hurtado, "quien, al implantar programas de modernización en las áreas productivas y administrativas de la editorial, logró incorporarla a las corrientes más avanzadas de la cultura, manteniendo a su vez el pluralismo y la apertura que la han caracterizado desde sus inicios".

De 1990 a 2000 se publicaron dos mil 300 novedades y casi cinco mil reimpresiones; se lanzaron proyectos de cobertura internacional como el de Periolibros, en colaboración con la UNESCO, que consistió en la publicación, en forma de periódico, de obras de autores iberoamericanos de reconocida importancia.

Entre ellos César Vallejo, Octavio Paz, Carlos Fuentes, Juan Carlos Onetti, Clarice Lispector y Gabriel García Márquez, entre otros, quienes aparecieron a manera de suplemento en los 20 periódicos que participaron en el convenio.

Además, se crearon dos colecciones de libros para niños y jóvenes, así como la de Hijos de la Primavera. Vida y palabras de los indios de América; la de Códices Mexicanos, el Fondo 2000 y los audiolibros en la serie Entre Voces.

También en colaboración con la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), el Fondo se encargó de resguardar el material bibliográfico, la obra gráfica y los manuscritos de autores como Octavio Paz, Rosario Castellanos, Juan Rulfo y Carlos Pellicer, entre otros, en la colección Archivos.

Otro proyecto, en colaboración con el Instituto Latinoamericano de Comunicación Educativa, consistió en poner al alcance de alumnos y maestros del Sistema Red Escolar de la Secretaría de Educación Pública algunos títulos de las colecciones La Ciencia para Todos, Fondo 2000, Breves Historias de la República Mexicana y Diccionarios.

Al tener al libro como un "objeto vivo y sensible a las transformaciones sociales", el Fondo señaló que por los logros descritos "no es exagerado decir que la historia cultural de Iberoamérica está inseparablemente ligada a la historia de esta casa editora.

"De hecho, ciertos fenómenos de la vida cultural de Iberoamérica son explicables por la repercusión de las ideas difundidas por el FCE", abundó.

A lo largo de su vida, estableció, ha cumplido con sus labores estrictamente editoriales pero también se ha interesado en otras actividades que lo han convertido en una empresa cultural de mayor variedad, como lo demuestran sus publicaciones periódicas, entre ellas "La Gaceta", aparecida por primera vez en 1954 y hoy es una revista mensual.

De diciembre de 2000 a abril de 2002 su director fue Gonzalo Celorio Blasco, quien creó la colección Noema, enfocada a la difusión de grandes ensayos y ensayistas; en mayo de 2002 Consuelo Sáizar Guerrero asumió la dirección general, cuya gestión creó 24 nuevas colecciones, y en marzo de 2009 tomó posesión Joaquín Díez-Canedo Flores.

En la última década se han abierto el Centro Cultural Bella Época, en cuyo interior se encuentra la librería "Rosario Castellanos", en la Ciudad de México, y el Centro Cultural "Gabriel García Márquez", en Bogotá, Colombia, así como las librerías "Elena Poniatowska", en Ciudad Nezahualcóyotl, y "Luis González y González", en Morelia.

A lo largo de estos 79 años, el Fondo de Cultura Económica ha recibido múltiples reconocimientos, entre ellos el Premio Nacional de Periodismo en 1987 y el Premio Caniem 98, como reconocimiento a su labor de difusión cultural.

En la actualidad, se ha propuesto metas de modernización bajo dos guías: mantener el prestigio de la editorial como salvaguarda de la cultura iberoamericana, y permanecer abierto a cualquier corriente de promoción de la cultura.

rqm