Autoridades del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y el Patronato Cultur -encargados de las zonas mayas- reforzaron la vigilancia y el control de acceso a los monumentos de esta cultura previo al 21 de diciembre, fecha que en medio de la especulación se ha pensado llegará el fin del mundo.

No obstante, astrónomos e investigadores, así como la propia Premio Nobel de la Paz 1992, Rigoberta Menchú, consideraron que "es una ofensa para la civilización maya" interpretar que profetizaron el fin del mundo, cuando en realidad el calendario maya únicamente habla de que se terminará en esta fecha un ciclo, una era de 5 mil 200 años para iniciar una nueva etapa.

"Eso sí, en esta nueva etapa, deberá existir cambios en el ser humano y la naturaleza, cambios positivos, transformaciones para mejorar", dijo.

A unas horas de lo que será una fecha histórica, el INAH y el Patronato Cultur, responsable de las zonas mayas por parte del gobierno de Yucatán, endurecieron posturas para impedir el acceso abierto a grupos indígenas o autóctonos que se ostentan herederos de la cultura maya y que vestidos de blanco, pretendían ingresar y subir a la pirámide principal de esta legendaria zona.

Asimismo, se organizó un amplio operativo por parte de la Policía Federal y de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) a fin de evitar desórdenes en el área.

Al igual que en Chichén Itzá, en otras zonas mayas como Uxmal, Dzibichaltún y la llamada ruta Puc en el sur del estado, se informó de la presencia de turistas que acuden al sitio en busca de "nueva energía".

En medio de las versiones acerca del fin del mundo, la Conagua anticipó el ingreso de un frente frío que podría ocasionar nublados el 21 de diciembre, cuando mucha gente espera que "el dios Sol nos siga iluminando".

Por otro lado, el presidente Enrique Peña Nieto visitaría Mérida mañana viernes por la noche para clausurar el Festival del Mundo Maya El tiempo, que incluyó diferentes pláticas y conferencias sobre la cultura maya.

spb