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Sinaloa encendió alarma de lavado en HSBC

J. JAIME HERNÁNDEZ • CORRESPONSAL| El Universal
00:10Miércoles 25 de julio de 2012
A mediados de este mes se desvel? una trama que involucraba al brit?nico HSBC con capitales de dudos

ESCÁNDALO. A mediados de este mes se desveló una trama que involucraba al británico HSBC con capitales de dudosa procedencia. (Foto: ESPECIAL )

Las advertencias, vía correos electrónicos, por operaciones masivas de más de 100 millones de dólares desde el enclave histórico de uno de los cárteles más poderosos de México, fueron subestimadas

WASHINGTON.- En diciembre de 2007, John Root, un ejecutivo de HSBC encargado de velar por el cumplimiento de las normas bancarias en América Latina, escribió a Warren G. Leaming, quien fuera uno de los principales asesores legales del banco, para indicarle que había que poner extrema atención en un esquema de lavado de dinero que habría permitido la transferencia de más de 100 millones de dólares desde Sinaloa -enclave histórico de uno de los cárteles más poderosos en México- hacia Estados Unidos.

"Warren, estoy revisando una lista de asuntos que actualizaré constantemente y que quizá podrías revisar durante tu visita en diciembre a las oficinas en México. Si tú o David (Bagley, director de regulaciones del banco desde 2002) desean añadir más cosas a la lista, por favor déjenmelo saber", es el inicio de un mensaje redactado en términos muy escuetos para ponerle sobre aviso de una serie de problemas que se habían detectado en las operaciones de México, y que tenían que ver con lavado de dinero y con el retraso en la implementación de algunas políticas para reforzar los controles de confianza y con uno de los peores reportes de inspección consignados por las autoridades del Banco de México ese año.

Hay un "esquema de lavado masivo de dinero en Sinaloa por más de 100 millones de dólares", le advierte Root a Leaming en un correo dirigido también a Bagley, quien apenas el pasado martes anunció su renuncia al cargo ante el subcomité de investigaciones permanentes del Senado de Estados Unidos.

El esquema de transferencia de más de 100 millones de dólares desde Sinaloa en diciembre de 2007 había hecho sonar la alarma en los cuarteles de HSBC en Londres, según los correos y comunicados internos que han sido recopilados por el Senado de Estados Unidos.

A pesar de ello, los controles siguieron fallando en medio de una sucesión de errores de omisión, falta de personal entrenado para monitorear operaciones sospechosas de lavado de dinero y presiones ejercidas por el crimen organizado en forma de sobornos y secuestros, según la relatoría de hechos que los ejecutivos de HSBC han ofrecido a manera de explicación y, sobre todo, de intento de justificación ante el Senado y el Departamento de Justicia de Estados Unidos.

"¿Por qué se han deteriorado tanto las operaciones de tesorería?", pregunta Root a Leaming. Una interrogante cuya respuesta, desde comienzos de 2004, muchos sospechaban -o sabían- que podría estar vinculada con las actividades de dinero de los cárteles de la droga en México.

Altamente redituable

Una actividad, por lo demás, altamente redituable que tan sólo entre 2007 y 2008 habría permitido a HSBC realizar la transferencia de 7 mil millones de dólares a México, en algunos casos en avión o por carretera.

Cuando los analistas del Senado estadounidense se asomaron a las operaciones del banco HSBC en México descubrieron asombrados la forma en que una de las instituciones bancarias más respetadas en el Reino Unido se había convertido en una de las principales sucursales para el lavado de dinero.

Hasta 2010, ese "privilegio" recaía en el Banco Wachovia, hoy Wells Fargo, que se vio obligado a suspender sus operaciones de lavado de dinero en medio de una investigación judicial que le obligó a pagar una multa de 160 millones de dólares, luego de haber movilizado más de 420 mil millones de dólares por la frontera.

Al igual que Wachovia, el banco HSBC se enfrenta hoy a una investigación criminal que le ha obligado a renunciar a una de las actividades más rentables y a cortar la cabeza de algunos de sus más altos ejecutivos para buscar un pase de página sin mayores consecuencias.

"Para algunos puede resultar conmovedora la renuncia de David Bagley. Pero el caso es que, tras renunciar como funcionario responsable de las políticas de cumplimiento que fallaron, se retirará para gozar de los miles de millones de dólares que ha ganado", ironizó Celina Realuyo, ex directora para asuntos de contraterrorismo y finanzas del Departamento de Estado y antigua ejecutiva de la firma Goldman Sachs. "Las justificaciones que han presentado al Senado los ejecutivos de HSBC (para explicar el lavado de dinero) sólo son útiles para ellos. Pero no para combatir el problema. Por eso, hay que llegar a fondo y saber quiénes fueron los cómplices", dijo al El UNIVERSAL.

"Porque puede ocurrir lo mismo que pasó con el caso de Wachovia (que se llegue a un acuerdo con el Departamento de Justicia mediante el pago de una multa), en el que ningún banquero sea denunciado o encarcelado", consideró Realuyo al lamentar que este tipo de crímenes vinculados al lavado de dinero de los cárteles de la droga o terroristas sigan sin estar penalizados con cárcel.

¿Y la rendición de cuentas?

"Esta es mi queja permanente. Estos son delitos criminales que no se tratan como tales, a pesar de que (estos bancos) son los que están alimentando a los cárteles. Porque el dinero (que ellos lavan a través de su estructura financiera) es el oxígeno que les permite comprar armas, contratar sicarios o traficantes", señaló Realuyo al lamentar la nula rendición de cuentas de la banca multinacional en la actividad ilícita del lavado de dinero.

En Estados Unidos, el Acta contra el Lavado de Dinero de 1986 criminaliza este tipo de actividad ilegal. A pesar de ello, no existe ningún caso relacionado con ejecutivos de la banca estadounidense o internacional que hayan sido juzgados en EU por esta causa desde que los cárteles de la droga se convirtieron en sus compañeros de viaje.

"El problema del lavado de dinero en Estados Unidos no es un problema por falta de leyes, sino de incumplimiento de esas leyes por parte de la banca y de los reguladores", consideró a su vez Eric Olson, experto en temas de seguridad del Woodrow Wilson Center. "En Estados Unidos, la percepción es que el problema relacionado con el lavado de dinero siempre está en otros países, cuando en casos como éste (del banco HSBC) es muy claro y obvio que la falta de control y los errores de los reguladores se dieron aquí también, en Estados Unidos", añadió.

Tras el estallido del caso HSBC en México, los miembros del subcomité de investigación permanente en el Senado han manifestado su temor de que esta actividad delictiva se extienda hacia países de Centroamérica y Sudamérica y señalan como focos rojos a países como Guatemala, Honduras y El Salvador.

"El dinero sucio, el dinero ilegal es como el agua. Siempre encuentra su cauce a través de los puntos más débiles, del punto más bajo", aseguró Olson para ilustrar así la forma en que los cárteles de la droga y el crimen organizado se han especializado en encontrar los puntos más frágiles del sistema bancario internacional y, casi con toda seguridad, lo seguirán haciendo para seguir lavando sus ganancias, ya sea desde Centroamérica o algún país en Latinoamérica.



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