Amnistía Internacional pidió al gobierno mexicano que de manera urgente brinde protección al sacerdote Alejandro Solalinde Guerra, coordinador de la organización católica Pastoral de Movilidad Humana Pacífico Sur del Episcopado Mexicano, ante amenazas de muerte recibidas y ya que presuntamente en marzo pasado intentaron
asesinarlo.

También demandó que las autoridades tomen medidas para garantizar la seguridad del personal y migrantes que aloja en su albergue de Ixtepec, Oaxaca, que son blanco de agresiones constantes.

En un comunicado la organización informó que el padre Solalinde "ha sido amenazado de muerte como consecuencia de su trabajo en defensa de los derechos de migrantes.

Amnistía Internacional considera que su vida está en riesgo".
Explicó que la petición se deriva de un incidente que ocurrió el 15 de abril, cuando el sacerdote se disponía a recibir a un grupo de mil 500 migrantes que llegaban a bordo del tren.

"Mientras los dirigía hacia el albergue, dos hombres desconocidos interceptaron a los migrantes y comenzaron a agredirles verbalmente, cuando el sacerdote intervino los dos hombres le insultaron y le amenazaron de muerte".

Esto se suma al hallazgo el 31 de marzo pasado del cuerpo desmembrado de un joven local junto a un bar en las cercanías de las vías del tren. Integrantes del Grupo de Rescate Urbano (GRU), un grupo de vigilancia asociado con las autoridades municipales, intentó culpar públicamente a migrantes del asesinato. De acuerdo con AI, el sacerdote habló con la familia de la víctima "para desmentir esa infundada acusación. Cuando estaba teniendo lugar el funeral del joven
asesinado dos personas se aproximaron a Solalinde con la aparente intención de atacarlo pero familiares de la víctima les impidieron el paso. Al día siguiente fue informado a través de un colaborador que un asesino había sido contratado para asesinarlo".

La organización recordó que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) había requerido ya a las autoridades mexicanas proteger al padre Solalinde y sus colaboradores "pues habían sido ya blanco de
hostigamientos y otros actos de intimidación como resultado de su trabajo en defensa de las personas migrantes.
Indicó además que estas nuevas amenazas ocurren mientras autoridades municipales y el equipo del albergue dialoga sobre como implementar de manera efectiva las medidas de protección solicitadas.

En este escenario AI exigió que "se fortalezcan las medidas de protección provistas al Padre Alejandro Solalinde y a su equipo en el albergue, en estricto apego a sus deseos y tal como fueron ordenadas por la CIDH"; además de que se tomen acciones urgentes para prevenir ataques a migrantes y quienes les defienden.

cg