El Parlamento de Sudán declaró hoy al vecino Sudán del Sur como "enemigo" por la disputa sobre la zona petrolera de Heglig, que abastece a Jartum de más de la mitad del petróleo y donde se han registrado enfrentamientos armados.

En el marco de mutuas acusaciones sobre un bombardeo que alcanzó la víspera una base de las fuerzas de paz de las Naciones Unidas (ONU), el Congreso sudanés aprobó este lunes la resolución para declarar oficialmente a Sudán del Sur como enemigo de Estado.

La resolución, aprobada por unanimidad por los diputados sudaneses, considera que el "Ejecutivo de Sudán del Sur es enemigo de Sudán" y pide que todas las instituciones sudanesas tratar al vecino país desde esa perspectiva, según un reporte de la cadena británica BBC.

"El gobierno de Sudán del Sur es un enemigo y todos los organismos del Estado sudanés deben tratar a los de Sudán del Sur de esta forma en consecuencia", destacó el Parlamento en una declaración, difundida tras la votación de la sesión legislativa.

El presidente del Parlamento, Ahmed Ibrahim al Taher, acusó a Juba, capital sursudanesa, de querer apoderarse de la región de Heglig, que posee una de las mayores reservas de crudo de Sudán, y cuya soberanía reclaman ambos países.

Al Tader aprovechó la ocasión para solicitar a los diputados acciones para derrotar al Movimiento Popular para la Liberación de Sudán (MPLS), que gobierna en Sudán del Sur desde su independencia el pasado 9 de julio, tras un referendo celebrado en febrero de 2011.

"Nos enfrentaremos con el MPLS y hemos unido todos nuestros esfuerzos para alcanzar ese objetivo", destacó el líder parlamentario sobre el movimiento que luchó por la independencia del Sur de Sudán durante dos décadas y actualmente gobierna el nuevo país africano.

Desde antes de la independencia, Sudán y Sudán del Sur han negociado la soberanía de Heglig, la disputa se recrudeció la semana pasada, luego de que el Ejército de Sudán del Sur cruzó la frontera para controlar la zona, provocando una ofensiva militar de Jartum.

Esta acción desencadenó además la condena de la comunidad internacional, la Unión Africana (UA) y la ONU, que la calificaron como una ocupación ilegal, debido a que la demarcación oficial de la frontera internacional todavía está por definirse.

bsl