El afamado pianista y director de orquesta argentino Daniel Barenboim participa hoy en un encuentro en la Fundación Juan March, en Madrid, donde realizará su "autobiografía intelectual", en lo que promete ser un repaso por la vida y obra de esta figura del panorama musical actual.

Barenboim, quien antes ofrecerá un concierto en el Auditorio Nacional, repasará su trayectoria vital y artística en una sesión en el Salón de Actos de la citada Fundación, donde desde las 20:30 horas se proyectarán diversos videos relacionados con su actividad artística.

Según publica la página en Internet Hoy es arte, nacido en Buenos Aires, Argentina, en 1942, Barenboim debutó como pianista a los siete años en la capital argentina, pero tres años después emigró a Israel con su familia.

Desde entonces ha tocado con las mejores orquestas, a las que también ha dirigido; recientemente acaba de debutar como director musical del Teatro de La Scala de Milán, con la ópera Don Giovanni, de Wolfgang Amadeus Mozart, y actúa en forma regular con las orquestas filarmónicas de Viena y Berlín.

Para Barenboim, "la fuerza de la música radica en su capacidad de hablar sobre todos los aspectos del ser humano, sea lo animal, lo emocional, lo intelectual y lo espiritual. ¿Cuántas veces pensamos que nuestros problemas personales, sociales y políticos son independientes entre sí, que no se influyen mutuamente? La música nos enseña que todo está relacionado", expresó.

En 1999, conjuntamente con el intelectual palestino Edward Said, Daniel Barenboim fundó el proyecto Taller y Orquesta West-Eastern Divan (Premio Príncipe de Asturias de la Concordia 2002), en el que reunieron a músicos de Israel, Palestina y demás países árabes para hacer música juntos.

Y es que para el artista, "la cultura favorece el contacto y comprensión entre las personas", por eso, al ver el interés que despertó su iniciativa, decidieron crear una orquesta cuyo nombre retoma el de una colección de poemas de Goethe (El Diván de Oriente y Occidente, 1819), autor alemán que fue uno de los primeros europeos que mostró un interés genuino por otras culturas.

"El lenguaje metafórico universal de la música constituye el vínculo que une a todos esos jóvenes: es un lenguaje de diálogo permanente. El diálogo entre intelecto y emoción puede ayudar a moderar una posición religiosa excesivamente rígida", puntualizó Barenboim.

sc