Tigres se adelanta en la ida
Con gol de Damián Álvarez, los felinos superaron por la mínima a Santos
Noche barata parta un guerreo
agonizante. Tigres quiso un poco de emociòn en su Volcán porque pudo
llevarse el trofeo de campeón y no quiso. 1-0, nada más, porque El Tuca
así le gusta ganar.
Ricardo Ferretti jugó con la mente de
Benjamín Galindo. Lo abatió con lo inesperado, como lo planeó. Un golpe
rápido y letal, para luego desesperar a Santos que terminó con 10
hombres víctima de su impotencia.
El brasileño lanzó a los suyos al ataque.
Los laguneros nunca lo imaginaron. ¿El Tuca atacando? Parecía
inverosímil, pero descubrieron que era verdad, cuando Oswaldo Sánchez
sacó el balón de las redes tras gran combinación entre
Héctor Mancilla y Damian Álvarez, para que este último se vistiera de
anotador (7').
Los Tigres siempre mejores, siempre más
peligrosos ante Santos, que sólo atinó a que sus elementos se vieran
entre ellos. Estaban confundidos, también aterrados y envueltos en un
laberinto felino que siempre los invitó a intentarlo
para luego abatirlos a la contra.
Lo más peligroso de los locales, la plancha
de roja directa de Juan Pablo Rodríguez a Manuel Viniegra. El único
objetivo que logró “El Chato” fue el de mermar a los suyos y poner todo
cuesta arriba.
La caldera que suponía ser el estadio
Corona se ahogó en un disparo al travesaño de Oribe Peralta, y luego
terminó por morir cuando el paseo de los universitarios con el balón era
semilento. Mucha intensidad albiverde, pero más
sabiduría de los regiomontanos.
El segundo tiempo sólo fue un somnífero en amarilllo y azul.
Incluso la resignación de Benjamín Galindo
llegó cuando sacó a Darwin Quintero y a Christian Suárez. Prefirió que
los del representativo de la UANL ya no le hicieran el gol de la
sentencia en la final, que acercarse en el marcador.
Con la derrota a cuestas, el estadio Corona
jamás dejó de alentar a los suyos, siempre vio esperanza cuando sus
hombres estaban con la pelota en los pies. Pecaron de ingenuos al final y
tendrá que esperar el heroísmo de quienes
ayer le fallaron para festejar un título, el cuarto en su historia.
La final luce algo lejos aunque al alcance
para los ayer locales, pero sólo porque a Ricardo Ferretti le gusta
dejar vivas a sus víctimas, como ayer.
Los de Torreón llegan malheridos al Volcán,
listos para ser devorados por los Tigres hambrientos de título y con 29
años sin ser campeones.
En Monterrey ya hay síntomas de festejo de campeón.
hgm