IP lamenta mínimo crecimiento en una década
El Centro de Estudios Económicos del Sector Privado asegura que se siguen observando rezagos importantes, toda vez que dichos avances no ha incidido de manera positiva en el dinamismo de la actividad económicaComenta la Nota
Los avances de México en competitividad no han incidido en
el dinamismo de la economía, pues de 2000 a 2010 el crecimiento promedio anual
del país fue de sólo 2.0 por ciento, señaló el Centro de Estudios Económicos
del Sector Privado (CEESP).
En contraste, indica en su reporte semanal 'Análisis económico
ejecutivo', los llamados países BRIC han logrado un crecimiento mayor en igual
periodo: Brasil 3.7 por ciento, Rusia 5.3 por ciento, India 7.3 por ciento y
China 10.3 por ciento.
Comparado con otros países con características similares,
señala que México tiene mejores condiciones de crecimiento, con un PIB per
cápita superior al de China e India, además de haber aumentado notoriamente su
capacidad de exportación y ser más productivo que los BRIC, entre otros
factores.
En este entorno, añade, se esperaría que cada vez que se dan
a conocer resultados de alguna evaluación internacional, México mostrara
avances importantes en el ranking mundial, a consecuencia de las mejoras que se
supone han tenido temas de relevancia relacionados con la competitividad, la
posibilidad de hacer negocios y el bienestar de la población.
Sin embargo, expone que se siguen observando rezagos
importantes, toda vez que dichos avances no ha incidido de manera positiva en
el dinamismo de la actividad económica, por lo que evidentemente hay algo que
falta por hacer.
El organismo empresarial afirma que las mejoras en algunos
temas como el entorno macroeconómico, el ambiente para hacer negocios o en la
eficiencia, no parecen ser lo suficientemente eficientes para que México pueda
escalar a mejores posiciones en las tablas de clasificación mundial.
De hecho, algunos indicadores reportan pérdida de lugares en
la posición de nuestro país, otras lo mantienen sin cambio y las que reportan
alguna ganancia es marginal, anota.
En el caso del indicador 'Doing Business' (Haciendo
Negocios) que elabora el Banco Mundial (BM) , menciona que México ocupó el
lugar 53 para la evaluación 2012, lo que significó ganar un sitio en la tabla
de calificación mundial.
Aunque esto puede considerarse favorable, debe tenerse en
cuenta que de los 10 indicadores que se evalúan, sólo cuatro mostraron avances,
destacando la facilidad para permisos de construcción y la disponibilidad de
crédito, que avanzaron 6 y 5 posiciones en el ranking, refiere.
Subraya que en contraste, entre los rubros que perdieron
terreno están el inicio de negocios y la protección a inversionistas.
Por otra parte, el CEESP recuerda que hace algunas semanas
también se dieron a conocer los resultados del The Global Competitiveness
Report 2011-2012, donde México perdió seis lugares en el ranking de
competitividad mundial.
Lo anterior, explica, en gran medida por un cambio
metodológico en la contabilidad del déficit fiscal y la deuda gubernamental,
que impide una comparación homogénea con el resto de países y propició que en
materia de entorno macroeconómico se pasara del lugar 19 al 80.
No obstante, aclara que debe considerarse que hubo otros
aspectos que también contribuyeron a esta caída en la clasificación general, como
son la seguridad pública, el estado de derecho y educación, temas fundamentales
para estimular el crecimiento y reducir la pobreza.
El Instituto Mexicano para la Competitividad A.C. (IMCO)
presentó los resultados de su Indice de Competitividad Internacional 2011, en
el que tampoco se aprecia un mejor entorno pues México se mantuvo la posición
32 por cuarto año consecutivo.
Esto, lamenta el CEESP, más que favorable debe ser
preocupante, toda vez que lo que refleja es la falta de contundencia de los
cambios que se han instrumentado para mejorar las expectativas de crecimiento y
bienestar del país.
En las tres evaluaciones se observa una coincidencia
interesante: el deterioro de rubros que se relacionan con el estado de derecho,
seguridad jurídica, seguridad social y educación, elementos fundamentales para
estimular la inversión, que es el principal motor de crecimiento de la
economía.
El organismo del sector privado enfatiza que son
precisamente estos factores los que deben atenderse si queremos lograr que los
flujos de inversión se conviertan en mayores empleos de calidad y menores
niveles de pobreza.
Para lograr que estos temas mejoren radicalmente, se
requiere de una alianza entre los sectores público y el privado que coincida en
que el bienestar de la población es lo más importante, y es fundamental una
verdadera democracia que represente los intereses de la gente y no de grupos en
particular, concluye.