MONTERREY

La ola de violencia desatada por los cárteles de Los Zetas y del Golfo, que buscan apoderarse del mercado de las drogas y sus actividades conexas, provocó que en Nuevo León se incrementara 300% el índice de muertes relacionadas con el crimen organizado que opera en la localidad.

De acuerdo con estadísticas de la Secretaría de Seguridad Pública del estado, durante 2010 se registraron poco más de 400 muertes violentas o dolosas; en 2011 la cifra creció en más de 300% tan sólo en los primeros nueve meses del año.

De enero a septiembre de este año se han registrado mil 335 muertes violentas, aseguró Jorge Domene Zambrano; de éstas casi 93% se relaciona con el crimen organizado.

El vocero de Seguridad reveló que el mes más violento fue julio con 219 muertes; seguido de mayo con 213; agosto con 204 y junio con 200. El mes con menos crímenes es septiembre con 67 muertes; sin embargo, faltan 11 días para que concluya. Durante enero, precisó Domene, se registraron 120 homicidios; en febrero, 97; en marzo, 87; y en abril, 128.

64% de los fallecidos, de acuerdo con cifras oficiales, son personas relacionadas con alguna célula del crimen organizado, que mueren en enfrentamientos con grupos antagónicos; principalmente son hombres y mujeres relacionados con Los Zetas. 22% son miembros de la delincuencia abatidos por las autoridades; 7 % son policías, militares o federales y el 7% restante son civiles inocentes, según autoridades locales.

Los ajustes de cuentas en Nuevo León terminan en asesinatos a tiros, decapitados, desmembrados, calcinados e incluso “cocinados” con gasolina o ácido. Esta violencia se desató principalmente por la disputa de la plaza de Monterrey.

El gobernador Rodrigo Medina de la Cruz reconoció que el índice de violencia es superior en 2011 al que se registró en 2009 o en 2010. “Es un incremento por el conflicto del crimen organizado; más de 90% son muertes que derivan de la guerra librada entre ellos, y de ellos con la autoridad”.

Septiembre rojo

La guerra entre los miembros de grupos antagónicos del crimen organizado se acentuó a tal grado que ahora han sido asesinadas amas de casa en salas o en la puerta de sus hogares; además, aumentó el uso de granadas.

Del 25 de agosto al 17 de septiembre, Nuevo León registró 119 muertes violentas, en su mayoría homicidios a balazos. El día más violento en ese periodo fue el 14 de septiembre, justo 24 horas antes de la ceremonia del Grito de Independencia. Ese día, en menos de 12 horas, hubo 19 asesinatos en los municipios de Monterrey, San Nicolás, García, Apodaca y Escobedo.

En esa jornada violenta, entre los muertos estaba la familia (papá, madrastra y medio hermano) del ex policía estatal Miguel Ángel Barraza Escamilla. Ellos fueron acribillados cuando se encontraban descansando en la sala de su domicilio en Valle Morelos, en Monterrey. Ahí, presuntos zetas dejaron un mensaje a las autoridades y al policía que identificó al menos a 20 miembros de dicha organización criminal que participaron en el ataque, el 25 de agosto, al Casino Royale, que dejó 52 muertos.

Por la noche, un comando armado detonó una granada en el exterior de la Agencia Estatal de Investigaciones, sede de la Policía Ministerial; ahí una operadora que salía de sus labores en el inmueble resultó herida por las esquirlas del explosivo.

El 15 de septiembre continuaron las muertes. Luego de que 13 policías de Apodaca fueron detenidos y arraigados por presuntamente servir de “halcones” al crimen organizado; tres elementos de Tránsito fueron acribillados cuando se desplazaban a bordo de sus unidades motorizadas por el bulevar Carlos Salinas de Gortari.

El 8 de septiembre se registró un choque entre un policía ministerial y un comando armado; en su huída los pistoleros detonaron al menos tres granadas en calles del primer cuadro de Monterrey; sólo se reportaron daños materiales y heridos leves; aunque no se logró la detención de los hombres.

Más tarde en un lote de autos tres hombres fueron acribillados luego de que un comando armado rafagueó el negocio ubicado en el municipio de Guadalupe; otros cinco cadáveres fueron encontrados con impactos de bala en los municipios de Monterrey, Apodaca y Escobedo.

En la colonia Valle de Santa Lucía, al poniente de Monterrey, una mujer murió acribillada tras decir a quien había tocado a la puerta de su domicilio que su hijo “Tavo” no se encontraba.

El esfuerzo no cesa. El gobierno del estado, en coordinación con el Ejército y la Policía Federal, lleva a cabo operativos conjuntos, así como la instalación de puntos de revisión en las principales arterias que convergen a Nuevo León. En esta coordinación participan alrededor de 8 mil elementos: mil 800 estatales y 6 mil militares, federales y marinos comisionados.