El obispo Felipe Arizmendi Esquivel lamentó el aumento de la violencia en este enclave indígena chiapaneco y admitió que "desafortunadamente no estamos exentos de estos fenómenos, aunque no en la misma medida que el centro y norte del país".

En entrevista, el prelado lamentó que "el ser humano siempre ambiciona más y cuando es por dinero, sea por adquirir droga, venderla y enriquecerse de forma ilícita, se genera mucha violencia e inseguridad".

El religioso llamó a que "todos nos revisemos y veamos qué podemos hacer, empezando por la educación en la familia", pues es en casa donde se adquieren los valores, y pidió a los padres de familia ser los primeros en enseñar el respeto a los demás.

Opinó que la autoridad hace lo posible por controlar la violencia, "pero se siente rebasada, porque ni modo que nos pongan a un policía a cada persona".

Es indispensable que todos nos involucremos en la regeneración de la familia, de la sociedad, que en la misma iglesia nos pongamos más las pilas para una evangelización que llegue más al corazón y no sólo a la mente, planteó.

El religioso se refirió a recientes hechos que terminaron en la ejecución de tres víctimas, y dijo a los familiares de las víctimas que está muy cerca de ellos, "no solamente con nuestra oración, sino que invitamos a quienes les conozcan a que les expresen su solidaridad".

Asimismo, pidió a las autoridades policiales para que en la medida de lo posible investiguen a los responsables y se haga justicia.

spb