Pobreza en el país llega a miseria: Iglesia
El presidente la Conferencia del Episcopado Mexicano, Carlos Aguiar Retes, señaló que México tiene recursos suficientes pero faltan decisiones políticas para acabar con la pobrezaComenta la Nota
Obispos manifestaron su desacuerdo con la declaración del secretario de Hacienda, Ernesto Cordero respecto a que México ya no es un país de pobres, pues lejos de persistir, a este fenómeno se le suma el de la violencia.
"Realmente la situación del país es muy difícil, no sólo por la inseguridad, sino por una pobreza acuciante que en algunos casos llega a la miseria", sostuvo el obispo de Mazatlán Mario Espinosa, acompañado del presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), Carlos Aguiar Retes, quien consideró que para superar la pobreza México tiene recursos suficientes, pero faltan decisiones políticas y las reformas necesarias.
El pasado martes, Cordero dijo que "hace mucho tiempo que México dejó de ser pobre... es un país de renta media con un problema de pobreza muy serio que tenemos que enfrentar y que estamos enfrentando".
Durante una conferencia de prensa en el marco de la 91 Asamblea Nacional de la CEM, el obispo Mario Espinosa señaló que México es un país pobre dependiendo de la perspectiva que se vea, porque no lo es si se consideran sus riquezas naturales, culturales, sus valores, solidaridad, generosidad, resistencia y sacrificio, pero económicamente viene la diferenciación.
Esto, explicó, toda vez que la macroeconomía es una cosa que parece que la han llevado adecuadamente, pero la economía familiar sufre bastante. "La pobreza entonces es evidente y más aún creciente, porque todos somos testigos del entorno familiar y social".
Los obispos a través de un mensaje insistieron por separado en redoblar esfuerzos como ministros de la Iglesia para superar las difíciles situaciones por las que atraviesa el país, como la pobreza, inseguridad y violencia.
Víctor René Rodríguez Gómez, secretario general de la CEM, sostuvo que esa Conferencia Episcopal no quiere una Iglesia caduca que permanezca en el pasado, por lo que debe actualizarse para un mundo en el que hace pocos años el 80 por ciento de la población vivía en el campo y ahora ese porcentaje de personas radica en las ciudades con problemas diferentes, ante lo cual la Iglesia debe caminar junto con la sociedad a la que sirve.
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