Encontrar a un SEAL en Virginia Beach debería ser cosa de niños. Pan comido, como dirían los clásicos. Esta ciudad es la base de cientos de marinos norteamericanos de élite, de esos conocidos como comandos de mar, aire y tierra de la armada.

Ahí, en Virginia, sus historias de éxito son celebradas y contadas en el día a día, especialmente desde que uno de sus equipos de asalto consiguió abatir a Osama Bin Laden durante un operativo contra Al Qaeda en Afganistán.

Pero en la realidad, encontrar a uno de estos marinos en activo en este destino turístico, sin mencionar a uno de los más de 20 que participaron en la redada contra el líder terrorista, parece ser una tarea similar a la perseguir fantasmas.

Casi todos en la ciudad cuentan con un linaje que conduce a la Marina de los Estados Unidos, por lo que casi todos aseguran conocer a un SEAL, a un ex SEAL o por lo menos a alguien que dice conocer a uno en activo. Con tanta historia y anécdota después de un tiempo hasta parece que los ves en cada rincón, pero de pronto te das cuenta que ese misterio sobre el paradero de Osama Bin Laden ha sido reemplazado por uno nuevo: ¿Dónde están los SEAL que mataron al jefe de Al Qaeda?

"Todos dicen que conocen al SEAL que mató a Osama o que conocen a alguien que conoce a la persona que lo hizo", menciona Carlie Kinzey, una joven que trabaja como mesera en el restaurante Raven, uno de los predilectos de los marinos hasta hace unos años.

El comando que encabezó la redada en Afganistán, conocido como Team 6, regresó la semana pasada a su base en Virginia Beach después de reunirse con el presidente Barack Obama. Desde entonces, los SEAL han acaparado toda la atención en la ciudad, con matices que van desde aquellos que se sienten orgullosos de sus "guerreros", otros reservados cuidando sus identidades y hasta paranoicos ante una posible venganza de Al Qaeda.

La presencia de esta agrupación en la ciudad se ha vuelto cuasi legendario.

"Te pueden matar con un popote de trece formas distintas, pero son muy amables", señala confiado Allen Norfolk, de 52 años, dueño de un bar frecuentado por los comandos en su tiempo libre.

"Ellos no hablan de su trabajo. Lo único que quieren es conseguir chicas", dice Bobby Dunnington, dueño del restaurante Raven, frecuentado por los SEAL.

Una de las maneras más comunes para identificarlos de entre una multitud son los cuerpos fornidos con cero gramos de grasa. Otras son los tatuajes, las barbas y los bigotes crecidos con los que evitan llamar mucho la atención en el Medio Oriente.

En la ciudad muchas chicas salen con ellos o terminan casándose. Los tatuadores dicen que los SEAL son sus clientes frecuentes. Todo el mundo dice que son fáciles de identificar, pero en realidad nadie puede señalar a uno con dedo índice.

Por lo pronto, un nuevo pasatiempo ha surgido en Virginia Beach: identificar a un SEAL, de preferencia si es el que mató a Bin Laden.

Tomado de The Washington Post.

vsg