El cardenal Norberto Rivera dijo que la Iglesia se siente comprometida a intensificar su preocupación por las mujeres y a defenderlas, de modo que la sociedad en América ayude más a la vida familiar fundada en el matrimonio, proteja más la maternidad y la dignidad de las mujeres.

En su homilía dominical en la Catedral Metropolitana, el cardenal recordó que en varias regiones del Continente Americano, lamentablemente la mujer ha sido objeto de discriminaciones.

Por esto, agregó, la Iglesia se siente obligada a insistir sobre la dignidad humana, común a todas las personas y denunciar la discriminación, el abuso sexual y la prepotencia masculinas, como acciones contrarias al plan de Dios.

En particular, afirmó el también Arzobispo primado de México, la Iglesia deplora como abominable la esterilización y el aborto, a veces programados para las mujeres más pobres y marginadas.

En su mensaje, dijo que a la luz de Cristo no se pueden aceptar las diversas propuestas reduccionistas sobre la naturaleza y la misión de la mujer, ni se pueden aceptar los programas donde se ve a la mujer como el prisma de salud reproductiva, ignorando en la práctica una visión integral de la mujer, urgida de colaboración para eliminar tantos peligros que la amenazan.

"El seguidor de Cristo no puede aceptar las nuevas formas de marginación que vive la mujer en una sociedad consumista y hedonista donde se el transforma en objeto de consumo, disfrazando su explotación bajo el pretexto de evolución de los tiempos".

Desde su opinión la Iglesia debe acercarse a toda mujer para ofrecerle salvación, dignidad y nuevas perspectivas de vida, y nunca para que sea víctima de violencia física y psicología, ya sea a nivel intra familiar y en su centro de trabajo; pero tampoco para que la misma mujer sea instrumento de muerte y de violencia en su misma familia, siguiendo la invitación de aquellos que quieren justificar el aborto.

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