"El sue�o de Fray Vergazo" , "Historia de un abrigo de mink" y "Las muchachas" son algunos de los treinta t�tulos de porno mexicano rodado entre 1920 y 1950 que conserva como oro en pa�o la Filmoteca de la Universidad Nacional Aut�noma de M�xico (UNAM) .

"Es porno expl�cito, suponemos que se hac�a para exhibirse en los burdeles. Se lleg� a pasar de forma clandestina en la librer�a La Tarjeta, que cobraba entrada" , relat� la directora de Actividades Cinematogr�ficas de la UNAM (la mayor universidad p�blica de Latinoam�rica) , Guadalupe Ferrer.

La mayor�a son pel�culas mudas; aquellas en las que se rod� originalmente con sonido tampoco lo tienen, al no haber sido hallados los materiales.

Muchas llegaron sin t�tulo, y de absolutamente ninguna se conocen sus autores, protegidos por seud�nimos ya que la pornograf�a estuvo fuera de la ley hasta la d�cada de los 90. Casi todas tienen entre doce y treinta minutos de duraci�n.

Algunas llegaron a la Filmoteca dentro de donaciones de muy diversa �ndole, y otras fueron pescadas en los mercados de viejo por el curador Francisco Gait�n, siempre en busca de aumentar las distintas 45 mil piezas f�lmicas que atesora el archivo.

Los temas son variados: desde el ranchero que seduce a la muchacha, el extranjero que hace lo propio en la gran ciudad o el pintor que tras retratar a la modelo se lanza al goce. Tambi�n son frecuentes las escenas l�sbicas.

"El cura es una figura que aparece con mucha frecuencia" , apunt� Ferrer, con t�tulos como el del mentado "Fray Vergazo" o "El monje loco" . Algo significativo en un pa�s con una fuerte moral cat�lica por aquellos a�os y donde el 98 % de la poblaci�n profesaba dicha fe.

En otras, como "Chema y Juana" , se deslizan dos de los arquetipos m�s conocidos de la cultura popular: el charro (vaquero mexicano) y la china poblana (mujer vestida con atuendo t�pico, caracter�stica de una regi�n) . "Historia de un abrigo de mink" , por su parte, es la versi�n porno de una pel�cula muy popular en los cincuenta.

"Es un cine mexicano por la mirada de los personajes, dejan ver parte de M�xico" , remarc� Ferrer sobre el valor documental. Las historias son elaboradas, como corresponde al galanteo y al florido verbo de M�xico.

Ellas, chicas dispuestas en su momento a recibir una paga por aparecer en los filmes, podr�an haber sido en algunos casos trabajadoras de los burdeles, opin� la especialista.

Posiblemente los directores eran gente con recursos econ�micos, por la carest�a de las c�maras con las que fueron rodadas (en 35 y 16 mil�metros, la calidad fotogr�fica en general es mala) , aunque es posible que los equipos fueran rentados o prestados. Todas est�n rodadas en la capital.

Las pel�culas est�n a disposici�n de los investigadores que lo deseen en la Filmoteca de la UNAM, donde existe un laboratorio de restauraci�n para materiales f�lmicos.

La dependencia est� en activo desde los a�os sesenta para preservar todo trazo en celuloide -ficci�n, documental, amateur, casero- que contenga la memoria de M�xico, incluidos aquellos con escenas m�s picantes.

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