Juan Martín Del Potro se había instalado entre los grandes del tenis, uno de los pocos hombres capaz de vencer a Rafael Nadal y Roger Federer en un mismo torneo al consagrarse en el Abierto de Estados Unidos de 2009.

Pero las ilusiones de ver al argentino ganar más trofeos del Grand Slam se desvanecieron con una lesión que lo mantuvo inactivo gran parte del año posterior.

Tras casi un año entero fuera de las canchas, regresó en 2011 dando pasos agigantados que han alentado a algunos especialistas a pensar que el argentino podría ubicarse nuevamente entre los 10 mejores jugadores del mundo, a la altura del español Nadal, el serbio Novak Djokovic y el suizo Federer.

Al comenzar el año, Del Potro se ubicaba en el puesto 485 del escalafón mundial, pero tras ser semifinalista en San José, Memphis e Indian Wells, y obtener un título en Delray Beach, comenzó esta semana en el puesto 51. Un ascenso de 434 puestos en menos de dos meses y sólo cuatro torneos.

En el Masters de Miami acaba de avanzar a la segunda ronda, tras vencer el miércoles al brasileño Ricardo Mello.

Aunque no puede ocultar la felicidad que siente con su resurgimiento, el joven tenista de 22 años es cauto cuando le preguntan sobre su futuro.

"Hoy por hoy estoy lejos de eso", respondió cuando los periodistas le preguntaron, tras su triunfo sobre Mello, si pensaba que podría llegar nuevamente a ubicarse entre los cuatro mejores jugadores del mundo.

"Siempre mis sueños y mis objetivos son estar allí arriba de nuevo", declaró.

Del Potro, que comenzó a jugar al tenis a los siete años en su natal Tandil, en la provincia de Buenos Aires, ocupó el cuarto puesto del escalafón del tenis mundial a comienzos de 2010, antes de una lesión que lo obligó a operarse de la muñeca derecha.

Su solidez desde el fondo, una derecha poderosa y su servicio rápidamente le convirtieron en una de las raquetas más temidas del circuito.

Aunque Del Potro y su entorno de trabajo son conscientes del rápido avance, saben también que aún tiene algunos puntos débiles que mejorar.

La prensa especializada argentina sostiene que tras su largo alejamiento de las canchas, a Del Potro aún le falta soltura y precisión en sus golpes y tiene dificultades con sus movimientos.

Con la mente en su muñeca operada, el mismo Del Potro manifestó que prefiere ser 'prudente' porque no tiene apuro.

Darren Cahill, un ex jugador australiano que ahora trabaja como entrenador y comentarista del canal ESPN, consideró que Del Potro tiene un futuro prometedor.

"Si se mantiene saludable no hay dudas de que estará entre los 10 mejores del mundo", declaró Cahill a The Associated Press.

Aclaró, sin embargo, que le llevará tiempo llegar al nivel que tenía antes de su lesión, aunque destacó que su recuperación física podría ser rápida.

Del Potro es consciente de sus limitaciones físicas actuales y por eso prefiere avanzar despacio.

"Lo importante es jugar poco y bien", dijo Del Potro, que lucía algo cansado al finalizar su encuentro con Mello.

Confirmó que tras Miami se hará un examen médico para ver cómo está su muñeca y luego se tomará unas tres o cuatro semanas de descanso, para regresar a las canchas posiblemente en mayo.

Y aunque admite que actualmente se siente por debajo del nivel de Nadal y los restantes 'top 10', piensa que puede acercarse a su nivel en los próximos meses.

"Estoy mejorando más rápido de lo que pensaba o esperaba", aseguró Del Potro. "Tal vez en la segunda mitad del año estaré listo para luchar contra ellos", declaró en inglés.

mcs