La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) clausuró "de manera temporal", y como medida de seguridad, el relleno de la zona de humedales de la Laguna de Cuyutlán que venía haciendo la Comisión Federal de Electricidad (CFE), pues afecta directamente al equilibrio ecológico de dicha zona.

La CFE en sus obras utilizaba el humedal de la Laguna de Cuyutlán, en Manzanillo, Colima, como sitio de tiro, que comprende dos hectáreas, en los trabajos de traslado y disposición final de materiales de desecho procedentes de las obras y actividades de desmantelamiento que realiza la Central Termoeléctrica de Manzanillo.

El delegado federal de la Profepa, Alberto Eloy García Alcaraz, dijo que esa zona que pretendía rellenar la CFE "mantiene una importante cantidad de aves acuáticas, entre garzas y otras zancudas en el área de manglar ubicado al costado este del predio, que constituye un sitio de refugio y reproducción de dichos ejemplares, así como de cocodrilos, peces, cangrejos y anfibios".

La clausura de esas acciones "es por no contar con autorización en materia de impacto ambiental que otorga la Semarnat", aclaró García Alcaraz, quien agregó que durante la actuación, inspectores de esta Procuraduría colocaron los sellos de clausura con fundamento en el artículo 170 fracción I de la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente (LGEEPA) al no presentar el inspeccionado dicha autorización, aunado al incumplimiento en lo dispuesto por la NOM-022-SEMARNAT-2003, que establece las especificaciones para la preservación, conservación, aprovechamiento sustentable y restauración de los humedales costeros en zonas de manglar.

Inspectores de la Profepa, en su visita apreciaron que en la zona de humedal se lleva a cabo el relleno, cuyo sitio corresponde a un área aislada del segundo vaso de la Laguna de Cuyutlán, que fue seccionada por el paso de la autopista Colima-Manzanillo y que tiene comunicación intermitente con ese vaso lacustre mediante canales, sustentando importantes manchones de manglar y abundante fauna silvestre.

Agregó que debido a que el sitio inspeccionado forma parte de la Laguna de Cuyutlán y constituye un humedal costero de acuerdo a sus características físicas, hidrológicas y biológicas, sujeto de protección y conservación por las distintas leyes y normas en materia ambiental, es necesario que toda obra y actividad que se realice cuente con autorización de la Semarnat.

Cabe destacar que el relleno del área eliminará una porción del hábitat de especies de fauna silvestre y acuática del lugar, la remoción del suelo y la compactación del terreno alterarán el drenaje natural y patrón de infiltración del agua pluvial, donde el daño más grave se realizó directamente en los terrenos del humedal, restringiendo o afectando la hidrodinámica del sitio.

En cuanto a la vegetación removida, se afectó la menor -como tular y pastizales-, y en el caso de la bentonita vertida, ésta forma una capa de sedimento que se engrosa conforme aumenta su disposición, impermeabilizando el suelo del humedal, contribuyendo también a reducir el área del vaso del humedal, concluyó.

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