La capital del estado registró una mañana violenta, luego de que se reportaron choques armados entre fuerzas estatales y federales con grupos del crimen organizado, que incluyó la detonación de granadas de fragmentación y ráfagas de fusilería, con un saldo de por lo menos media docena de muertes y un número no determinado de heridos.

Ante estos hechos, la Fiscalía General de Coahuila dispuso una "acción de contingencia inmediata", y ordenó el desalojo de su personal en las oficinas del centro metropolitano y de la delegación sureste.

Una de las granadas estalló cerca de las instalaciones policiacas y otras tantas durante los enfrentamientos que se dieron principalmente en la zona norte de la ciudad.

Como medida de prevención la Secretaría de Educación Pública ordenó que se suspendieran las clases del turno vespertino de todas la escuelas de Saltillo y pidió tranquilidad ante los hechos ocurridos.

En las refriegas, al menos un policía murió y cuatro resultaron heridos, y fueron abatidos un número no determinado de delincuentes. El crucero de Luis Echeverría y Valdez Sánchez se cerró a la circulación para el levantamiento de los cuerpos y evidencias.

De a cuerdo a testigos, los tiroteos iniciaron en el municipio de Ramos Arizpe, donde los criminales asesinaron a un elemento de la Policía Estatal, lo que activó el código Rojo y persiguieron a éstos que iban a bordo de una camioneta hasta Saltillo y se enfrentaron en varios puntos del boulevard Venustiano Carranza, en la zona universitaria.

El Tecnológico de Saltillo, de la Universidad Autónoma de Coahuila, escuelas públicas y privadas impidieron la salida de los estudiantes quienes estuvieron atrincherados por más de dos horas y media.

Todo empezó alrededor de las 10:20 horas y causó pánico, miedo y terror entre la población.

sma