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Entérate El rico reino de Bahréin

Aliado de Estados Unidos en el Golfo Pérsico, Bahréin tiene una gran importancia al ser también la sede de la Quinta Flota norteamericana

CONTROL. Las protestas de los últimos días fueron reprimidas por el ejército, que tomó el control de la capital del reino. (Foto: AP )

El Cairo | Jueves 17 de febrero de 2011 EFE | El Universal12:04
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El pequeño y rico Reino de Bahréin, uno de los aliados más importantes de EU en el Golfo Pérsico, es escenario de unas protestas políticas sin precedentes, que hasta hoy se han saldado con varios muertos y más de cien heridos.

El país, cuyo nombre significa literalmente "dos mares", es un archipiélago formado por 36 islas, que tiene una superficie de 727 kilómetros cuadrados y una población de un millón 39 mil habitantes, de los cuales el 60% son bahreiníes y el resto extranjeros, según datos del Fondo Monetario Internacional (FMI) de 2009.

A pesar de su reducido tamaño es centro financiero y bancario de la zona, sede del cuartel general de la Quinta Flota estadounidense en el Golfo Pérsico, miembro de la ONU y de la Liga Arabe, y uno de los seis fundadores del Consejo de Cooperación del Golfo en 1981.

Gobernado desde 1783 por la dinastía Al Jalifa, se convirtió en Protectorado británico en 1830, como otros países del Golfo Pérsico.

Bahréin alcanzó la independencia el 15 de agosto de 1971 y el jeque Isa bin Salman Al Jalifa, que hasta entonces gobernaba ayudado por un consejero británico, asumió el título de emir.

La Asamblea Constituyente redactó una Constitución que entró en vigor en 1973, pero la experiencia parlamentaria sólo duró dos años.

En agosto de 1975, el primer ministro y hermano del emir, jeque Jalifa bin Salman Al Jalifa, dimitió alegando obstrucción en el desempeño de sus funciones por parte de la Asamblea. Tras resultar reelegido, disolvió la Asamblea e Isa bin Salman y su familia pasaron entonces a detentar el poder absoluto.

A finales de 1992, se decidió la creación de un Consejo Consultivo de 30 miembros, nombrados por el emir, cuya función era únicamente asesorar al Ejecutivo, sin poder real.

En 1994 la comunidad musulmana chií, mayoritaria en el emirato, se sublevó contra el Gobierno central al que acusó de discriminación a favor de la rama suní, a la que pertenece la familia Al Jalifa.

Los enfrentamientos, que conllevaron cientos de detenciones, se prolongaron hasta la muerte, el 6 de marzo de 1999, del emir, que fue sustituido por su hijo y heredero al trono, Hamad bin Isa Al Jalifa, que instituyó un profundo sistema de reformas aperturistas.

Bajo el mandato de Hamad bin Isa, Bahréin pasó de ser un emirato hereditario a constituirse como una monarquía constitucional en febrero de 2002, un cambio aprobado en una referéndum con el 95% de los votos.

El dirigente cambió también su estatus de emir a rey y realizó una profunda reforma constitucional, incluida la restauración del Parlamento bicameral, que está compuesto por una Cámara de Representantes, de 40 miembros elegidos por sufragio universal, y un Consejo Consultivo de Notables, con 40 miembros elegidos por el rey.

En febrero de 2002, el emir refrendó la reforma constitucional y en octubre de ese mismo año Bahréin eligió Parlamento, en unos comicios en los que la mujer pudo votar y presentarse como candidata, una circunstancia sin precedentes.

Las elecciones legislativas, en las que los grupos integristas islámicos obtuvieron 19 de los 40 escaños de la Cámara, culminaban así el proceso de democratización emprendido por el nuevo monarca, que incluyó también una amnistía a los presos políticos y el permiso para regresar al país de los exiliados por motivos de opinión.

El triunfo islámico se repitió en los comicios de noviembre y diciembre de 2006, mientras que en los de octubre de 2010 se consolidaron los independientes como segunda fuerza política de la Cámara, siendo la comunidad chií la gran vencedora.

Los chiíes, que exigen una mayor reforma democrática y un papel más representativo en el reino, representan el 70% de la población bahreiní, mayoritariamente de confesión musulmana.

El 30% restante son suníes, la confesión del monarca, y hay también pequeñas minorías cristianas y hindúes.

La economía de esta rica monarquía se basa fundamentalmente, al igual que sus vecinos, en el petróleo -su primer pozo fue descubierto en 1932- y también posee yacimientos de gas natural.

Sin embargo, su condición de importante centro de servicios financieros del Golfo Pérsico, así como la existencia de un sector de servicios emergente gracias al turismo, lo ha convertido en uno de los países menos dependientes del oro líquido de la zona.

La moneda es el dinar de Bahrein, el PIB, de 20.214 millones de dólares y el PIB por habitante, 19.455 dólares (datos de 2009, FMI).

jfra



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