El nuevo presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Juan Silva Meza, se comprometió a encabezar durante los próximos cuatro años un Poder Judicial de la Federación que garantice la seguridad y paz social de la población, y que se caracterice por la austeridad y la rendición transparente de sus acciones.

Durante su primer mensaje como titular del máximo tribunal del país y del Consejo de la Judicatura Federal, que es el órgano que se encarga de vigilar y administrar a los más de mil jueces y magistrados federales, aseguró que su "única sumisión será con la ley".

México, dijo, vive momentos que hacen inevitable que la sociedad busque y obtenga que sus instituciones públicas garanticen certeza, seguridad y paz social.

"Y hoy -aseguró- no hay institución  que pueda encarnar de manera más clara esa seguridad, esa estabilidad y ese refugio exigido por la sociedad, que el Poder Judicial de la Federación, base y fundamento de nuestro estado de derecho".

A manera de explicación dijo que ese estado de Derecho debe entenderse no como un conjunto de textos muertos, sino como un conjunto de principios que orientan: "la vida pacífica en una sociedad justa; el respeto irrestricto a los derechos humanos; la libertad de opinar y de elegir gobernantes; la participación lícita en el desarrollo económico y la prosperidad de la sociedad".

Pero también el derecho a ver y saber cómo y por qué se toman las decisiones públicas; y la exigencia de que los recursos públicos asignados al Estado se utilicen con racionalidad y austeridad, con eficiencia, eficacia y, sobre todo, honestidad.

En este último punto hizo especial énfasis, porque, advirtió, "en esto, los órganos del Poder Judicial de la Federación, nunca serán la excepción".

Porque, destacó, "la trasparencia de nuestros actos, habrá de ser la regla. En lo personal, me conduciré con absoluta pulcritud en la responsabilidad administrativa; con irreprochabilidad en la función jurisdiccional y, desde luego, en mi vida privada".

De entrada Silva Meza pidió tener en cuenta las recientes reformas que se dieron en el Congreso de la Unión en materia de amparo y de protección de derechos humanos, porque tendrán un enorme impacto para la función judicial.

"No es exagerado señalar que, de ser aprobadas por los Congresos de los Estados, las  reformas constitucionales en materia de amparo y de derechos humanos, el sistema jurídico mexicano será muy diferente al que conocemos".

Al respecto dijo que seguirá muy de cerca este proceso y, de ser el caso y dentro de sus competencias constitucionales y legales, el Poder Judicial de la Federación participará activamente en esta reforma.

En el ámbito del Consejo de la Judicatura adelantó que se fortalecerá la presencia de este órgano como la última línea de defensa de la autonomía e independencia judiciales, de la dignidad y respetabilidad de nuestros jueces y magistrados, que si bien, dijo, habrán de ser más exigidos, también habrán de ser más arropados.