El artista y combativo activista chino Ai Weiwei, cuyo arresto domiciliario hace unas semanas lo llevó a las portadas de diarios de todo el mundo, ha emprendido ahora una investigación personal de las identidades de los 58 fallecidos en el incendio de un rascacielos de Shanghai, ocurrido el pasado día 15.

Ai, que una vez más ha usado su cuenta en Twitter para dar a conocer sus planes, ha reclutado a varios voluntarios para recoger información sobre el incidente, uno de los más graves sufridos en Shanghái en los últimos años.

El artista señaló que actúa movido por informaciones según las cuales el gobierno shanghainés ocultará un tercio de los nombres de los fallecidos, alegando que sus familias no quieren que sean publicados.

Según Ai, esta noticia le puso furioso porque según él podría ocultar un número mayor de víctimas y porque el gobierno local miente al sostener que necesita permiso de las familias para dar esa información.

Se trata del segundo enfrentamiento entre Ai, que vive y trabaja en Pekín, y las autoridades de Shanghái, pues ambos chocaron recientemente, cuando el ayuntamiento shanghainés anunció que el recién construido estudio en esa ciudad del artista iba a ser demolido.

Ai reaccionó a esa noticia organizando hace unas semanas una cena con amigos a modo de protesta por los abusos de autoridad, a lo que la policía shanghainesa reaccionó pidiendo a la de Pekín que mantuviera bajo arresto domiciliario al artista con el fin de impedirle que viajara a Shanghái para celebrar ese convite.

Esa detención se publicó en los medios de comunicación de todo el mundo, y la fiesta-protesta se celebró en la ciudad shanghainesa pese a la ausencia de Ai.

El artista, que este año expuso en la Galería Tate de Londres y es conocido por haber colaborado en el diseño del Estadio Olímpico de Pekín, ya ha intentado en el pasado investigar por su cuenta desgraciados sucesos ocurridos en China, como el terremoto de Sichuan de 2008, lo que le acarreó entonces más problemas con las autoridades.

Ai participó una campaña para hacer una lista de los niños fallecidos en escuelas derrumbadas por ese seísmo y defendió a otros activistas que pedían justicia para las familias de estas víctimas, lo que costó al artista graves heridas por una agresión policial de las que tuvo que ser operado en el extranjero.

ec