Cocina, fiesta y cantos mexicanos reconocidos por UNESCO
Los Parachicos, considerada la principal festividad de Chiapa de Corzo, en Chiapas, tiene casi tres siglos de tradiciónPATRIMONIO La cocina tradicional mexicana obtuvo hoy el reconocimiento de la Unesco.. (Foto: Archivo/EL UNIVERSAL )
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México logró que sus tres candidaturas a Patrimonio
Inmaterial de la Unesco salieran adelante, de manera que la cocina tradicional
de ese país, la fiesta de los "Parachicos" de Chiapa de Corzo y la
Pireuka, un canto tradicional de la cultura indígena Purépecha, gozan desde hoy
de este reconocimiento.
El Comité Intergubernamental de la Unesco, reunido desde
ayer en Nairobi, analiza las 47 candidaturas presentadas por sus países
miembros, de las que además de las mexicanas ha dado ya luz verde a dos
tradiciones colombianas y a dos danzas peruanas, entre otras.
La cocina tradicional mexicana, que tiene una gran difusión
en todo el mundo, está basada en platillos hechos a base de maíz, frijol y
chile.
México ya intentó en 2006, pero sin éxito, que su
gastronomía engrosara la lista de Patrimonio Inmaterial, pues la Unesco
consideró que la candidatura estaba "demasiado enfocada hacia lo
antropológico".
La tradición de los Parachicos, considerada la principal
festividad de la ciudad mexicana de Chiapa de Corzo, en el estado de Chiapas,
tiene casi tres siglos de tradición e incluye una serie de instrumentos
musicales como el tambor y el pito, además de rezos típicos y máscaras.
Los Parachicos se celebra cada año del 4 al 23 de enero con
la participación de unos 6 mil danzantes que salen a bailar en las calles de la localidad
chiapaneca.
La Pirekua, canto tradicional de los purépechas, tiene su
origen a mediados del siglo XIX y es interpretado en lengua indígena y en
español por los "pieris", que habitan la meseta tarasca, la zona
lacustre y la Cañada de once de los pueblos del estado de Michoacán.
México ya logró en 2008 que su tradición del "Día de
Muertos" ingresara en la lista de Patrimonio Inmaterial, y el año pasado
se incluyeron los lugares de memoria y tradiciones vivas de las culturas Otomí
y Chichimeca y la ceremonia ritual de los "Voladores de Papantla".