Rodrigo Medina de la Cruz, mandatario de Nuevo León, rinde hoy su primer informe de gobierno en el contexto de una crisis de seguridad sin precedente; su administración es cuestionada como ineficaz para frenar el crimen organizado que ha sumergido al estado en el miedo y la zozobra y sólo el Ejército junto con la Marina son "el último dique" contra los cárteles, coinciden en señalar, empresarios, políticos y académicos.

Hace menos de una década, Nuevo León, la entidad más desarrollada económicamente del norte de México, se caracterizó por ser una de las más seguras del país.

Prácticamente no registraba secuestros, las estadísticas de la Procuraduría de Justicia estatal reportaban sólo uno o dos plagios por año. Los asaltos a bancos no existían y las cifras sobre robos de autos en la zona metropolitana de Monterrey estaban entre las más bajas de las grandes ciudades.

Las ejecuciones generadas por la delincuencia organizada se dispararon hace poco más de un sexenio. Pero en el último año la violencia se desbordó debido a la "narcoguerra" que protagonizan el cártel del Golfo, y sus aliados, contra los Zetas, su antiguo brazo armado.

Ahora la orgullosa sociedad regia está sometida en un clima de incertidumbre y miedo. Los atentados y crímenes de los cárteles del narcotráfico que se disputan la plaza han roto todos los paradigmas: en los últimos tres meses se registraron decenas de ataques con granadas de fragmentación a cuarteles policiacos, medios de comunicación y centros nocturnos.

También fueron descubiertas una serie de "narcofosas" donde se localizaron más de 70 cadáveres. Una sola superó el medio centenar de cuerpos enterrados, la segunda más grande del país. Acudieron cerca de 500 personas a identificarlos para ver si sus familiares desaparecidos se encontraban entre ellos.

En los nueve municipios que forman la zona metropolitana habitan más de cuatro millones y son sede de las empresas más grandes del país, como Cemex, la tercera cementera del mundo por su capacidad de producción.

Ahí también está el grupo industrial Alfa, el fabricante de cabezas de motor número uno del mundo; Femsa, la segunda embotelladora de la marca Coca Cola a nivel mundial y Vitro el fabricante de vidrio más importante de Norteamérica, entre otras.

Además es sede de más de 50 mil empresas, pero a pesar de su poderío económico la delincuencia organizada ha logrado paralizar la ciudad con actos similares a una guerrilla urbana, usando jóvenes reclutados entre las casi 2000 mil pandillas que operan en la zona metropolitana.

Con una organización, logística y coordinación que envidiaría una empresa privada, cientos de jóvenes, algunos armados, salen a robar tráileres, camiones del transporte urbano y automóviles para bloquear las principales avenidas y autopistas.

Los "narcobloqueos" forman parte de operativos ordenados por los capos del narcotráfico para frenar los despliegues del ejército en su contra. El día que los militares capturaron al jefe de la plaza de los Zetas en Monterrey, la zona metropolitana registró cuarenta "narcobloqueos".

Los carteles rivales cotidianamente "levantan" a sus víctimas para desaparecerlas, y en el presente año las ejecuciones suman más de 260.

Los crímenes recién alcanzaron a la clase política, cuando el 15 de agosto un comando armado secuestró y asesinó al joven alcalde del municipio de Santiago. El suceso se repitió 35 días después con otro grupo de pistoleros que asesinaron al alcalde de Doctor González Prisciliano Rodríguez Salinas, cuando arribó a su domicilio.

Esas ejecuciones terminaron de hundir a la sociedad regia en el descontento y desencanto con las autoridades estatales y municipales.

"La actuación del Ejército y la Marina ha hecho más evidente la inoperatividad de las autoridades locales, ya que ellos son los únicos que está dando golpes a la delincuencia organizada", aseguró José Juan Cervantes, investigador de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL).

"Además, han evidenciado la relación de mandos policiacos municipales con los cárteles del narcotráfico", agregó Cervantes.

El investigador de la UNAL destacó que las campañas de limpias de corporaciones han sido insuficientes y carece de mecanismos para evitar que los policías, y mandos, sigan siendo corrompidos por el crimen organizado.

Mencionó que el gobernador Medina ha dedicado un dispendioso presupuesto a una campaña publicitaria, donde se mencionan algunos de los pocos logros de su administración en el tema de la seguridad, como la detención de una banda de secuestradores y ladrones de autos.

"Pareciera que quieren convencer a la población de que estamos mejor sólo con una gran cantidad de spots televisivos", afirmó.

El académico de la UANL destacó que las encuestas realizadas, por medios de comunicación y partidos, coinciden en calificar al gobierno de Medina con la mínima calificación de aprobación: seis.

"La percepción de la opinión pública es que si no estuviera el ejército, el último dique contra la delincuencia organizada, estaríamos pero que Ciudad Juárez", concluyó el investigador de la UANL.

Para el coordinador de la Fracción Parlamentaria del Partido Acción Nacional (PAN) en el Congreso local, Hernán Salinas Wolberg, el gobierno de Medina no cumplió con las expectativas generadas durante la campaña.

Medina anunció que habría un cambio de gobierno. Vendió la idea de frescura y juventud, pero eso solo se quedó en el discurso, afirmó el diputado del PAN.

"El tema de la inseguridad no se ha solucionado, sino que estamos en franco retroceso. Los hechos violentos ocurren a diario, ya son notas cotidianas", subrayó Salinas Wolberg.

Subrayó que Nuevo León se ha convertido en nota a nivel internacional con el llamado del Departamento de Estado para que los hijos de sus diplomáticos abandonen la ciudad.

Mencionó que la inseguridad está impactando la economía y la inversión se ha disminuido, cuando el estado se distinguía por ser un pionero en atraer capitales extranjeros. "Esto incrementa los efectos de la crisis", comentó.

"La ciudadanía percibe la inseguridad como un problema de voluntad política, no de leyes", enfatizó Hernán Salinas.

"Tiene que existir la voluntad de aplicar la ley, sin distingos, para que no exista la impunidad", concluyó el legislador.

El sector empresarial afiliado a la Cámara de Comercio de Monterrey (Canaco) informó que el turismo ha sido el sector más afectado por la violencia.

La capital de Nuevo León registraba una de las tasas de ocupación hotelera más altas del país gracias al "turismo empresarial", en promedio 60 por ciento anual, sólo detrás de playas como Cancún .

"Actualmente registramos tasas de ocupación hotelera de apenas 41 por ciento", afirmó Julio Cepeda, presidente de Canaco.

"Ha sido un año muy difícil. Ahora los empresarios nos sentimos vulnerables.", agregó.

"Para los empresarios y las familias, la seguridad es lo más importante", subrayó Cepeda.
Comentó que los únicos que están dando golpes contra la delincuencia organizada son el Ejército y la Marina.

El director de la Canaco afirmó que la iniciativa privada le exige al gobierno que profundice y acelere la depuración de las policías estatales y municipales, para arrebatárselas a la delincuencia organizada.

Aseguró que una vez que eso ocurra se le debe entregar mayor equipo, como patrullas blindadas para ciertos operativos y armamento sofisticado.

Cepeda destacó que lo único positivo en este año es que la economía del estado se viene recuperando, después de sufrir los efectos de la crisis que provocó el sector inmobiliario de los Estados Unidos.

"Se han creado 71 mil nuevos empleos y las exportaciones hacia Norteamérica se recuperan y crecen", dijo.

Nuevo León cuenta con un gran sector industrial asociado a la industria automotriz, que surte de piezas a las principales armadoras tanto en Ramos Arizpe como en los propios Estados Unidos.

Destacó que a pesar de la inseguridad sigue llegando inversión extranjera, y que los daños provocados por el Huracán Alex están reviviendo a la industria de la construcción, por los miles de empleos que se están creando para la reconstrucción de vialidades y viviendas.

Para Fernando González Viejo, diputado por el municipio de Sabinas en el Congreso de Nuevo León, los municipios rurales son los más afectados con la crisis de la inseguridad.

González Viejo aseguró que los alcaldes del norte del estado son amenazados por los grupos de la delincuencia organizada para que los dejen trabajar, y así ellos no se meten con los funcionarios municipales.

"Los alcalde de los municipios rurales no tienen manera de combatir (a los cárteles) ya que no tienen los recursos necesarios", afirmó.

Mencionó que los grupos de narcotráfico operan en la región norte desde hace aproximadamente cuarenta años, debido a que la zona es paso del tráfico de drogas hacia los Estados Unidos.

El legislador recordó que la mayoría de los municipios rurales apenas si tiene entre dos y cinco patrullas, su fuerza policías son en promedio de 30 efectivos y no todos cuentan con armas cortas.

Destacó que todos los municipios del noreste se caracterizan por estar despoblados, ya que su gente emigra constantemente hacia los Estados Unidos.

El diputado añadió debido a la inseguridad los pobladores ahora también están emigrando a las grandes ciudades, como Monterrey.

"En los últimos años el municipio de Lampazos (ubicado en el norte) perdió el cinco por ciento de su población, como lo muestran los censos del 2000 y 2005", concluyó Fernando González.

cg