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Karl dejó en coma el turismo en Veracruz

A pesar de los esfuerzos de sus habitantes, las zonas turísticas del puerto continúan si poder funcionar
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Karl destroza casa de Hernán Cortés en La Antigua.
Los fuertes vientos del huracán y la fuerza del caudal del río La Antigua que se desbordó, derribaron centenarios árboles que dañaron las caballerizas del fuerte y parte de las ruinas de la casa

La Antigua, Veracruz | Domingo 03 de octubre de 2010 Edgar Ávila Pérez/Corresponsal | El Universal13:58
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Desde que el meteoro tocó tierras veracruzanas el pasado 17 de septiembre, cientos de pequeños restaurantes de los principales destinos turísticos de esta región siguen sin poder abrir sus puertas.

Los vientos y, luego, los "golpes de agua" (amasijos de agua, lodo, piedras y palos) de "Karl" destruyeron decenas de palapas que eran utilizadas como restaurantes familiares en las orillas del Río La Antigua y en las costas del Golfo de México.

La paralización de la actividad turística es dramática en la zona de Chachalacas, conocida por sus extensas dunas, playas y alimentos de buena calidad; y en La Antigua, cuyo principal atractivo es la casa del conquistador Hernán Cortés y las caballerizas del presidente mexicano Antonio López de Santa Anna.

El problema social que se generará es alarmante, sobre todo, si se toma en cuenta que 90 por ciento de los veracruzanos que habitan en las zonas afectadas por el paso del huracán "Karl" viven del turismo.

El Secretario de Turismo, Cultura y Cinematografía, Ángel Álvaro Peña, reconoció que tras el paso del huracán Karl, diversas zonas turísticas, como Chachalacas, resultaron con serias afectaciones en los negocios de atención a turistas que buscan disfrutar de las playas veracruzanas.

"El turismo le da trabajo desde el que cuida el automóvil hasta el dueño de una cadena de hoteles y la derrama se queda exactamente en las ciudades, entonces sí se siente mucho y lo vamos a sentir", alertó.

Aunque el huracán pasó hace más de 15 días por este pequeño poblado, parecieran inútiles los enormes esfuerzos que autoridades municipales, estatales, federales y fuerzas castrenses realizan por limpiar las calles de árboles y lodo.

Para donde se mire sólo árboles caídos, lo mismo en las calles que en viviendas, patios y en toda la ribera del río La Antigua, cuyas aguas también llenaron el pueblo de grandes cantidades de lodo que no puede ser sacado en su totalidad.

Y entonces las calles son un muladar y los restaurantes, de los que dependen decenas de familias, siguen sin poder abrir sus puertas ya sea por las condiciones insalubres del lugar o simplemente porque desaparecieron tras los vientos de más de 190 kilómetros por hora y el golpe de agua.

El huracán "Karl" provocó un desastre forestal en Veracruz, pues se perdieron cerca de 15 mil árboles en la ruta de trayectoria del meteoro.

El titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), Juan Rafael Elvira Quesada aseguró que el meteoro causó daños severos en el sector forestal desde su impacto en este municipio de La Antigua hasta su salida por la zona montañosa central.

El gobierno federal invertirá 400 millones de pesos para poder reactivar el sector forestal en la entidad veracruzana, así también como fondos para apoyar a los silvicultores.

La desolación es similar en las playas y dunas de Chachalacas. Si bien los pobladores y autoridades se organizaron y retiraron de las playas miles y miles de toneladas de palizada que les dejó el Golfo de México, cientos de pequeños "changarros" siguen sin operar.

Los vientos de "Karl" se llevaron techos y las humildes palapas, típicas de la zona donde cada fin de semana miles de personas acudían a comer, por lo que aunque la playa este limpísima las familias no tienen con qué empezar de nuevo en su negocio.

Las dunas de Chachalacas, las más grandes del Golfo de México con una extensión de 568 hectáreas, son sumamente visitadas por su belleza natural y porque son propicias para los deportes extremos en motocicletas y vehículos todo terreno, e incluso se realizan ahí competencias nacionales.

Su belleza es excepcional. Kilómetros y kilómetros de montañas de arena que constantemente se mueven con el paso del viento. Algunas miden solo unos dos o tres metros, pero otras se levantan imponentes por arriba de los 80 metros.

Las autoridades son conscientes del grave problema. "El daño será enorme pues en muchas de estas regiones se depende en 90 por ciento de la actividad turística, lo que significa pérdida de muchas fuentes de trabajo (...) porque de eso vivimos en Veracruz", reconoció el Secretario de Turismo.

jecr/eca



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