A cuatro horas de que inicie el desfile de los festejos del Bicentenario de la Independencia, la entrada al Zócalo por la calle de Madero es moderada.

Elementos del Estado Mayor Presidencial y de la Policía Federal realizan una revisión exhaustiva a la personas que desean ingresar al primer cuadro de la ciudad.

Los paseantes deben de ingresar bajo arco detectores de metales y sin botellas, objetos punzocortantes, bultos voluminosos o hebillas de cinturón.

La Plaza de la Constitución recibe poco a poco a los peatones que permanecerá en esta zona hasta pasadas las once de la noche.

Poco a poco, la plancha se va ocupando entre familias, amigos y personas solas que visten o portan alguna u objeto con los colores de nuestra bandera.

El Zócalo está ocupado por las estructuras de los escenarios donde habrá espectáculos antes y después del Grito.

El balcón central de Palacio Nacional ya luce adornado y la campana de Dolores ya cuenta su listón tricolor para que el presidente la haga sonar, como lo hiciera hace 200 años don Miguel Hidalgo y Costilla.

Los negocios de comida están dentro de esta zona "cero" están saturados por que la hora de la comida se acerca.

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