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Dos por negocio, uno por gusto con Lulú Petite

Nuestra bella colaboradora nos relata las experiencias que vivió en un día con tres personas diferentes, donde dos de ellos debieron desembolsar un buen dinerito, mientras que el tercero corrió con mejor suerte

Tres por uno Nuestra bella colaboradora nos relata los momentos de pasión que pasó con tres hombres en un mismo día. (Foto: Lulú Petite )

Ciudad de México | Martes 10 de agosto de 2010 Lulú Petite | El Universal08:09

Querido Diario:

Hoy fue un día ajetreado. A las seis de la madrugada ya estaba en friega en el gym, a las 9:30, desayuné con mi instructor un par de claras de huevo con champiñones y jugo, está guapo, pero es más gay que una fiesta de Pablito Ruíz.

A las 12:00 estuve en la escuela adelantando trámites para mi inscripción al nuevo semestre. Me topé con un chavito que va en la misma escuela (aunque estudia otra carrera) y que hace algún tiempo me contrató como escort. Es el único en la universidad con quien he tenido relaciones y, obvio, sabe lo de mi doble vida.

Aunque siempre ha sido un caballero en nuestro trato de no rajar, la neta es que no puedo evitar ponerme nerviosa cuando lo veo. Lo saludé de lejecitos con una sonrisa y salí como de rayo a atender un compromiso.

A la 1:30 de la tarde, estaba desnuda, cabalgando a un cliente con entusiasmo. Él con los ojos cerrados y las manos en mi cintura, se dejaba querer, yo, sintiendo como mis sentadillas se ponían más cachondas con cada minuto. Apoyé mis palmas en su pecho y me balanceé para sentirlo moverse dentro. Me acerqué a su cara sin dejar de menearme y le di un beso largo y cachondo.

Según me dijo, él no acostumbra pagar por sexo. Le creo. No es que sea el tipo más guapo del planeta, pero es joven, lo hace divino y sin llegar a una versión tercermundista de Brad Pitt, es lindo.

Cosa curiosa: Estábamos a la mitad de un estupendo faje, cuando sonó su celular. El cuate se puso pálido. Cómo si se le hubiera aparecido el Diablo, me pidió que me callara o que me escondiera; me cae que si lo hubiera tenido a la mano, fácil me esconde en un baúl o en una caja fuerte. Sólo entonces, como si la persona del otro lado de la línea pudiera verme o adivinara que le estaban poniendo los cuernos olímpicamente, contestó tartamudeando:

-¿B... bueno?...¿M... m... mi vida?

-Bla, bla, bla

-S... s... sí corazón... estoy... estoy trabajando, me salió una junta (Sí, de ombligos mi'jo, pensé)

-Bla, bla, bla

-Claro, claro mi vida, yo te llevo unos bizcochitos- (Si güey ¿de los que te estás despachando?)

-Bla, bla, bla

-Sí, sí, yo paso, yo paso, lo prometo, pero tengo que colgar

-Bla, bla, bla

-Si bebé, yo también... sí, yo... yo también te amo

Colgó, me pidió disculpas por la llamada (mero formalismo) y, volviendo a lo suyo, me pidió que se le hiciera oral.

Comí a eso de las tres y media con mi Chikis adorada, una guapísima tapatía, sexy, divertida, tolerante y, sobre todo, mi gran amiga y confidente. Después pasé a la tintorería y al banco. A las cinco de la tarde estaba de rodillas, frente a un gordito muy simpático, como de cincuenta y tantos años, que esperaba mis labios sentadito a la orilla de la cama. Unas perlas de sudor mojaban su frente cuando le puse el condón.

-Anda hija, asíííí- gemía al acariciar mis mejillas para sentir su sexo moverse dentro de mi boca (siempre me ha perturbado que me diga "hija" un güey que me está haciendo el amor). Mientras se la estoy lamiendo, recoge mi cabellera con su mano y la sostiene formando una cola de caballo, creo que lo que quería era observarme con aquello en los labios.

A las ocho de la noche quedé de verme con un amigo. Es un buen chavo y nos llevamos a todo dar. La neta es que él está enamorado de mí y ambos lo sabemos, pero como está consciente de que yo no siento lo mismo por él, a veces trata de hacerse el interesante simulando que él tampoco. El caso es que fue su cumpleaños y lo invité a cenar.

-A ver grillito, adivina lo que te traigo de regalo

-No sé mi niña, mejor dime

-No, adivina, dime ¿Qué te gustaría?

-Caray bonita ¿De veras quieres qué te diga o mejor yo traigo al juez en lo que tú consigues los testigos?

-Ja, ja, ja ¿De plano mijo? ¿Así nomás, sin darme siquiera un anillito de diamantes?

-¡Chale! Pues no vine preparado, pero déjame al menos soñar

-Pues sueña mijo, pero si quieres juez primero convénceme

-Bueno, pues entonces así será, pero ¿Qué te parece si en lo que consigo el anillo y pido tu mano, nos olvidamos de jueces y ceremonias y me regalas nomás la luna de miel?

-Ja, ja, ja, qué te parece si mejor te conformas con el perfume que te compré- Le respondí entregándole un paquetito envuelto, la cosa es que, cuando le di su abrazo, el muy gandalla aprovechó para robarme un beso. Me sorprendió, pero estuvo rico, así que lo dejé seguir y, como una cosa lleva a la otra, terminamos en su depa, descorchando una botella y celebrando debajo de las sábanas. No fue la primera vez que lo hacemos y, no creo que sea la última, pero he de admitir que fue especial.

-¿Entonces qué bonita? ¿Nos casamos?

-No sé grillito, pregúntame en unos diez años

-Ok mi niña, seré paciente

Pusimos una película y nos acurrucamos. Después de todo, fue un día divertido.

Hasta el martes

Lulú Petite

www.midiariosexy.blogspot.com



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