La agresión de patrulleros fronterizos de Estados Unidos a dos hermanos mexicanos e indocumentados, uno de ellos con muerte cerebral, inició desde que fueron detenidos el viernes, relató el sobreviviente.

Pedro Pablo Hernández Rojas, quien está detenido como testigo de cargo, dijo a representantes de derechos humanos en San Diego que la tensión entre su hermano Anastasio y los patrulleros inició cuando un oficial lo pateó en el pecho.

Ambos fueron arrestados cuando cruzaban desde Tijuana por el llamado Nido de las águilas, un corredor que usan los migrantes al pie de las montañas de Otay, dijo a Notimex el director del Comité de Servicios Amigos de las Américas (AFSC) , Christian Ramírez, quien entrevistó a Pedro Pablo.

Tras la detención de los hermanos, un oficial "pateó en el pecho a Pedro Pablo cuando éste se encontraba esposado sentado en el suelo, y Anastasio intervino para defender a su hermano menor" , dijo Ramírez.

Los hermanos fueron conducidos al cuartel de la Patrulla Fronteriza en Chula Vista donde, al entregarlos, otro oficial que había presenciado la defensa de Anastasio a su hermano, pateó al migrante ahora hospitalizado en una pierna, herida y sostenida con clavos.

Poco más tarde, Pedro Pablo aceptó salir voluntariamente del país, mientras que Anastasio se negó a firmar ese tipo de expulsión.

Los agentes separaron a los hermanos. Pedro Pablo continuaba en Chula Vista, pero Anastasio fue llevado para deportarlo a la Puerta México, la salida a Tijuana, donde, según patrulleros, el indocumentado trató de fugarse, pero fue sometido.

Según versión de testigos en Tijuana que no han vuelto a declarar, unos 20 oficiales sometieron a golpes a Anastasio, quien recibió patadas y descargas eléctricas aún cuando yacía inerte a unos metros de la frontera.

La cónsul de México en San Diego, Remedios Gómez Arnau, pidió hoy a testigos del incidente hablar para fincar