aviso-oportuno.com.mx

Suscríbase por internet o llame al 5237-0800




'No naciste de mí, pero te amé igual'

Aunque eran de una especie de diferente, una lectora asegura que más que una mascota, su perro fue como su hijo humano

UN HIJO DIFERENTE "Skippy" murió hace cinco años, pero su mamá lo recuerda todos los días. (Foto: Archivo ELUNIVERSAL )

CIUDAD DE MÉXICO | Lunes 10 de mayo de 2010 Redacción | El Universal09:44
Comenta la Nota

A continuación, una lectora de ELUNIVERSAL le envía una carta a un ser que fue su hijo, aunque eran de una especie diferente: 

Tu mamá se llamaba "Wendy", naciste el 1 de junio de 1990, desde ese día cuando te vi por primera vez supe que mi vida iba a ser una antes y otra después de ti. Te deseaba y amaba antes de conocerte físicamente, mi corazón te reconoció como mi hijo desde el primer día que te vi.

Te llevé a casa al mes de nacido ¡Eras tan pequeño, tan blanco! En ti volqué todo mi amor ¡Eras el poodle que siempre anhelé! ¡Eras de verdad! Yo ya no iba a soñar más contigo; por fin te había encontrado. Jamás imaginé todo lo que ibas a cambiar en mí...

Tú, pequeño de mi corazón, no naciste de mí; pero, te amé como si así hubiera sido, me diste muchas horas de alegría y de amor verdadero.

Me enseñaste a conocer el mundo de una manera diferente; a reconocer la importancia de alegrarse cuando uno ve llegar a a alguien a quien ama; lo importante que es no guardar rencor (aunque a uno lo hayan reprendido por algo que no debía hacer); que el cuidarte y protegerte durante 15 años me hizo una persona responsable y más sensible; a entender el lenguaje del silencio (aprendí a reconocer cada gesto tuyo); entender cada cosa que necesitabas... Fuiste la prioridad en mi vida.

Encontré en tus ojos honestidad, lealtad, paciencia, amor, alegría y agradecimiento.

Compartimos juntos muchas cosas, días y alegrías. Estuviste siempre conmigo, cuando estaba triste lo entendías, te recostabas junto a mí para dejarte acariciar y con ese gesto que repetiste muchas veces me demostrabas que me entendías, apoyabas y me reconfortabas, yo te lo agradecía siempre y lo voy a recordar todos los días de mi vida.

Paseamos juntos durante 15 años. Agradecías tus paseos matutinos, vespertinos y nocturnos. Sabías cuándo y cómo alegrar mi corazón dándome tus manitas para que yo te cargara y te acariciara.

Te volvías loco de alegría con tu pastel de cumpleaños. Cada año tu fiesta era todo un acontecimiento y un año más de amor mutuo.

Amabas los chocolates, dulces, galletas y cada que recibías uno eras el más feliz del mundo.

¡Cómo olvidar cuántas veces corrías y ladrabas para que jugáramos y te correteáramos por toda la casa tus tías, tu tío, tus abuelos y yo!

Eras tan inteligente que me enseñaste a diferenciar tus ladridos, a reconocer cuando tenías hambre, cuando querías ir al baño o tenías sed, al querer pasear, cuando te sentías enfermito, o sólamente querías que te cargáramos porque eras el más consentido del mundo.

Peleabas con tus primos "Jack" y "Rocco" porque eras muy celoso y no te importaba que ellos tuvieran más fortaleza y tamaño que tú. Nunca te gustó que dividiéramos nuestro amor entre los tres cachorros. Tú querías todo el cariño para ti.

Procuré darte siempre lo mejor, por eso no tengo ningún sentimiento de culpa porque sé que fuiste muy muy feliz. Fuiste un perrito muy amado por tus tías, tío, abuelitos, bisabualitas, primos y por muchas personas que te conocieron.

Siempre supe que iba a ser muy difícil el día que me faltaras, que iba a ser muy difícil continuar mi vida sin ti.

Siempre temí tomar una decisión tan difícil. Le pedí muchas veces a Dios para que no fuera así. Ha sido la decisión más complicada de mi vida y la más dolorosa y por duro que suene fue un acto de amor: la vida pone caminos muy raros y dolorosos para demostrarle a alguien cuanto se le ama.

Si pudiera cambiar con Dios 15 años de mi vida porque tú estuvieras otros 15 conmigo, los cambiaría.

Siempre creemos que el tiempo todo lo cura, y que con el tiempo todo va haciéndose menos doloroso. En este caso no me sucede eso, al contrario cada día te extraño más y más. Hay ausencias que no son sustituibles con nada.

Tú, te llevaste la mitad de mi corazón para que te cuide siempre en donde quiera que estés, cada día que estuviste aquí lo agradezco a Dios, y cada día que pasa es uno menos que me acerca más a ti para estar juntos otra vez para siempre.

Gracias por todo lo que me enseñaste, por todo el amor que me diste y por toda la felicidad que trajiste a mi vida.

Tú no fuiste nunca un perrito común, ni una simple mascota. Te extraño y no hay, ni habrá nada que llene el vació que dejaste en mi vida.

Fuiste, eres y serás por siempre mi mejor amigo, mi HIJO y el amor de mi vida.

Tu mamá que te ama.

Mayte.



Comenta la Nota.
PUBLICIDAD