La última vez que Hamlet de Ambroise Thomas fue presentada en la Opera Metropolitana fue en 1897 y, tras su reestreno, no es difícil saber porqué se habían tardado tanto.

A pesar de contar con dos actores destacados en los papeles principales, lo más que puede emanar es un encanto frágil, un refinamiento típico de la ópera francesa que está a años luz del visceral Verdi y sus adaptaciones de Otelo y Macbeth.

El martes, la Met presentó Hamlet con el barítono inglés Simón Keenlyside como el héroe atormentado. Keenlyside interpretó el personaje por primera vez en Ginebra en 1996 y su versión es fascinante. Combina su agilidad atlética y gracia con una intensidad frenética cuando confronta al fantasma de su padre y se decide a matar a su tío Claudio, quien ha usurpado el trono.

Su compañera en las versiones anteriores de esta producción era la soprano francesa Natalie Dessay, y también estaba considerada para ser Ofelia en la Met, pero canceló por enfermedad. La compañía la substituyó con la alemana Marlis Petersen, que tuvo una actuación casi heroica: terminó otro compromiso en Viena el viernes y viajó a Nueva York el sábado, finalmente tuvo dos días para ensayar.

Ante esas circunstancias tuvo un estreno bastante aceptable, aunque al parecer no le dio tiempo para desarrollar una buena química con Keenlyside.

A Petersen le faltó el desenfreno total de su personaje, pero la producción no le ayudó mucho, pues cambiaron el escenario del río a una habitación en el castillo e hicieron que Ofelia muriera de una puñalada y no ahogada.

Otros aspectos de la producción de Patrice Caurier y Moshe Leiser funcionaron mejor: el juego de luces en la muralla cuando Hamlet ve por primera vez al fantasma; la obra dentro de la obra que lleva a Claudio a revelar su pecado y las bromas de los sepultureros al preparar el entierro de Ofelia.

Pero el final es un desastre. En la versión original de Thomas, Hamlet sobrevive y se convierte en rey. El compositor también escribió un final alternativo que es más fiel a la versión de Shakespeare, pero la producción de la Met revuelve ambos en una forma confusa y dramáticamente inverosímil. Hamlet se enfrenta en un duelo con Laertes, el hermano de Ofelia, en el que los dos aparentemente quedan heridos de muerte. El príncipe sobrevive sólo para lamentar la muerte de Ofelia y tras una nueva aparición del fantasma mata a Claudio de una puñalada en el corazón y finalmente muere.

Hamlet se presentará hasta el 9 de abril en Nueva York.

cvtp