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León-Portilla recibirá Honoris Causa en Madrid

La Universidad Complutense le otorgará el reconocimiento al investigador por sus estudios de la cultura mesoamericana

Reconocimiento. Desde niño, León-Portilla era un apasionado del mundo indígena y de las construcciones prehispánicas. (Foto: Archivo/ELUNIVERSAL )

Ciudad de México | Lunes 25 de enero de 2010 Notimex | El Universal11:21
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La Universidad Complutense de Madrid le entregará el 29 de enero a Miguel León-Portilla el Doctorado Honoris Causa, debido a su trayectoria dedicada a la cultura mesoamericana y por su voluntad incesante de desentrañar la esencia nacional.

"El mundo indígena no se entiende desvinculado de España, por eso me he dedicado a estudiar las obras de misioneros hispanos como Andrés de Olmos, Bernardino de Sahagún o el padre Las Casas, con quienes mantengo un diálogo constante", dijo el escritor.

"Debemos recordar que el dominico Antonio de Montesinos, en 1511, dio un sermón incendiario a los encomenderos en la isla de Santo Domingo, señalándoles lo terribles que eran por pensar que los indios no eran seres humanos", añadió.

León-Portilla refirió que el padre Las Casas escribió la brevísima relación de la destrucción de Las Indias, o Bernardino de Sahagún, quien penetra en el alma indígena y se enamora de esta cultura, a tal grado que `estos textos valen más que los sermones de nuestras iglesias`.

El galardonado expresó estar muy contento con este doctorado y de ir a recibirlo a España "Y por si faltara decir algo, mi esposa es española", indicó con gran sonrisa.

Desde niño, León-Portilla era un apasionado del mundo indígena y de las construcciones prehispánicas, muchas de las cuales conoció aún siendo muy pequeño, de la mano del iniciador de la antropología moderna en México, el doctor Manuel Gamio.

"El fue un tío muy cercano y desde tierna edad me llevaba a Teotihuacan y Copilco, y me explicaba cosas. Imagínense el privilegio de escuchar eso de boca de quien realizó la primera excavación estratigráfica en México y de quien descubrió los templos teotihuacanos de Quetzalcóatl y Tláloc!", dijo.

Ya después, en la adolescencia, Miguel León-Portilla leía asiduamente textos como la Historia antigua de México, de Francisco Javier Clavijero; y muchos otros libros sobre esa temática, hasta que cuando estudiaba la maestría en California, llegaron a sus manos "Los adecuados".

"Hay libros que te cambian la vida y para mí, esos fueron Poesía indígena de la altiplanicie y Epicanáhuatl, publicados en la Biblioteca del Estudiante Universitario y compilados por Angel María Garibay", mencionó.

Esos libros despertaron la imaginación de Miguel León-Portilla e hicieron que por algún tiempo una pregunta rondara su mente, ¿Quién era el padre Garibay?.

"Lo primero que hice al regresar a México fue ver a mi tío, Manuel Gamio, y decirle ‘yo quiero conocer a ese hombre'".

En su encuentro, León-Portilla le dijo: ``Padre, quiero estudiar todo eso que usted sabe", a lo que el sacerdote contestó, con esa agudeza que todos le reconocían: "Está bien, pero no porque haya helenistas que no sepan pizca de griego usted crea que no es necesario saber náhuatl para estudiar estos temas… Si quiere hacer las cosas en serio, conmigo va a aprender esa lengua".

En el cubículo que tiene León-Portilla en el Instituto de Investigaciones Históricas hay una pared llena de reconocimientos y diplomas en el que destaca un retrato a tinta de un hombre de lentes y larga barba blanca, el cual señaló el historiador con orgullo para decir: "Y aprendí náhuatl gracias a él; Garibay siempre está conmigo".

Hombre de incontables luchas académicas y políticas, Miguel León-Portilla se aventuró hace 50 años a algo que parecía imposible, desmentir a uno de los eruditos más importantes del país, José Vasconcelos, quien en su libro de 1937 Breve historia de México aseguraba que los indígenas no habían dejado testimonio de lo que les pasó durante la Conquista.

Garibay había traducido textos del náhuatl sobre la llegada de los españoles que Bernardino de Sahagún recogió de labios de los ancianos.

También estaban los anales de Tlatelolco y había muchos códices con imágenes de la Conquista.

"Entonces se me ocurrió decirle a Garibay, ¿Por qué no lo hacemos y demostramos que los indígenas sí dejaron testimonio, padre?, y él aceptó", dijo León-Portilla. Fue así como nació Visión de los vencidos.


cvtp



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