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Hugo Hiriart recibe Premio de Ciencias y Artes

El dramaturgo fue reconocido en el campo de Lingüística y Literatura

Humildad. El autor dice que nunca ha aspirado a la notoriedad. (Foto: Archivo/ELUNIVERSAL )

Ciudad de México | Lunes 14 de diciembre de 2009 Notimex | El Universal18:06

Como un regalo consideró el narrador, ensayista y dramaturgo mexicano Hugo Hiriart, al Premio Nacional de Ciencias y Artes 2009, que le fue otorgado hoy en el campo de Linguística y Literatura.

"Me da gusto, pero nada más, no me envanece ni modifica en nada mi trabajo; no he aspirado a ninguna forma de notoriedad, más bien a no tenerla. Siempre me ha gustado dar un paso atrás y quedar en la penumbra. No ocupar el centro de nada, no estar al frente de nada, ni ser conspicuo`, explicó.

En declaraciones al Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), Hiriart enriquece cada opinión o comentario con citas, recuerdos o ejemplos que amplían el sentido de sus afirmaciones, salpicadas con bromas o comentarios chuscos.

Sobre cómo nació su interés por la lectura y la escritura, dijo que ocurrió hace tanto tiempo que no lo recuerda con precisión, pero que sin duda su pasión por leer está ligada a un juego solitario que hacía de niño con soldaditos y plastilina.

"Era -expuso- una pasión semiliteraria, imaginativa, no verbal.Con la plastilina hacía manadas de elefantes, las imaginaba en movimiento, camino hacia el cementerio de los elefantes o cualquier otra cosa.

"El de los soldaditos no era ese juego absurdo y primitivo con canicas, sino un juego muy intelectualizado de viajes, de peligros, en el que cruzaban un país misterioso. Era un juego de dimensiones que proseguía día tras día, con exploradores, fugitivos y lo que se me ocurriera", relató.

El también Premio Nacional Xavier Villaurrutia 1972, afirmó que La isla misteriosa fue la primera novela que leyó y que recibió de manos de su padre "me encantó y ahí contraje la adicción a la lectura que no me ha abandonado desde entonces.

"La inspiración viene y se va cuando quiere, aparece y se forma en la cabeza sin que se pueda saber cómo llega; uno no sabe por qué tiene un estilo, cuándo se adquirió, cómo se formó", puntualizó.

Y es que según Hiriart, "nada que tenga que ver con la creación artística es racional, consciente y controlado. Todo proceso creativo es inconsciente, ajeno a la razón e incontrolable", afirmó el narrador.

"Nadie escribe como quiere, nadie lo hace voluntariamente de un determinado modo; se escribe como buenamente se puede, como sale. Es un mundo que no tiene nada de voluntarista ni de bonapartismo, es un mundo en el cual uno espera que venga la inspiración", dijo reflexivo.

Por otra parte, comentó que siempre ha creído que no se escribe por gusto sino por la ambición de hacer algo que trascienda, bien hecho, "este tipo de ambición, a veces combinada con otras más espurias, de voy a demostrar lo que soy capaz de hacer, es lo que lo mueve a uno a escribir, así como cierta curiosidad de ver a dónde llegan ciertos principios que a uno se le ocurren.

"Esa expectativa que siente el lector y que lo impulsa a seguir leyendo, también la siente el escritor y el orgullo de hacer algo bien, algo ejemplarmente bien, de decir esto es como se debe hacer, es la motivación más legítima del arte, si uno lo hace por ganar un premio, ser famoso, tener el reconocimiento de lo demás, todas esas cosas un poco ridículas, está uno falseando", resaltó.

"En el arte sólo cuenta la perfección, la maestría, el número y el éxito no importan; cuando uno se acerca a eso, se adquiere cierta respetabilidad. Sólo perdura lo magistral y lo peculiar, lo auténtico, raro, singular, propio", explicó.

Lo que sí, dijo, es que en su obra no hay nada autobiográfico, o que haya visto o sucedido a la vuelta. Son cosas que ha inventado, que se le han ocurrido, aunque evidentemente, a trasmano, se `meten cosas de mi vida, pero nunca con intención`.

Para él, el arte de la literatura consiste en dos cosas esenciales: por un lado, en una cierta capacidad de juegos verbales muy rápidos que se hacen al escribir y cierto paladar para acomodar las cosas; por el otro, en un gusto, un regodeo imaginativo, una desmesura, un uso desaforado de la imaginación y a partir de ahí crece algo como un animal. A veces muy de prisa, en otras lentamente.

James Joyce, recordó, aseguraba que su escritura era tal, porque carecía de imaginación y no podía inventar nada. Entonces, todo lo que escribía lo había visto y lo había oído.

"Si uno lee el Ulises o el Retrato del artista adolescente, todo es escrupulosamente tomado de la realidad, pero tenía una capacidad verbal gigantesca, una exigencia con el mismo enorme y una inventiva literaria gigantesca. Eso es distinto de la imaginación, es un ejemplo de cómo acomodar bien algo", acotó.

Resaltó que uno de los autores que lo atraen por su estilo y lee con gusto es Ortega y Gasset, a quien definió como absolutamente barroco y modernista, también mencionó a Gabriel Miró y a Valle Inclán, cuya prosa calificó de modernista y elevadísima, todos ellos antagónicos a su estilo.

Autor de las novelas Galaor, Cuadernos de Gofa y La destrucción de todas las cosas, Hiriart agregó que no le preocupa el tiempo que se tarde en terminar una obra.

"Las cosas tardan lo que deben tardar y cuando están bien hechas llevan tiempo. Lo que se hace al trancazo, aunque no es regla, difícilmente queda bien. Un poema o un cuento a veces pueden salir de golpe; en la novela no, a veces uno tiene momentos o golpes de inspiración que le pueden permitir avanzar 50 cuartillas, pero a veces se frena uno mucho tiempo, meses, semanas".

Actualmente, dijo, prepara una compilación de ensayos; continúa en su actividad docente en una universidad, escribe y publica artículos, además "estoy escribiendo una novela y otras cosas muy despacito.

"La verdad es que ya no tengo el entusiasmo, la rapidez y el brío de antes. Escribo por ratos, no como antes. Sin embargo aquí estoy".

El destacado autor reveló que tiene pensado dedicarle tiempo al grabado, hacer una serie "ya he hecho algunas con la técnica del aguafuerte y las he vendido muy bien, pero reclama mucho tiempo.

"Pienso ir a trabajar con Emilio Payán, quiero hacer una carpeta de grabados en blanco y negro, muy sencillos, con la técnica de la punta seca, que es otra de mis pasiones, al igual que la artesanía", finalizó.


cvtp



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