El libro "Paul Auster: autoría, distopía y textualidad" , de la escritora Ivonne Saed, quien realizó un análisis de la obra narrativa y ensayística del escritor nacido en Nueva Jersey, fue presentado la víspera en el Museo Mural Diego Rivera.

Los tres aspectos en los que se centra esta obra son: el concepto de autoría y su relación con la soledad, la distopía de la esperanza y la utopía rebasada, y la ciudad como metáfora del Génesis y elemento indispensable de la narrativa de Auster.

Para abordar estos temas, Saed examinó principalmente tres novelas que, a su parecer, son las que mejor engloban las preocupaciones del autor frente al tiempo actual.

Una de ellas es "La invención de la soledad" , que parte de una fotografía para deconstruir la memoria y el duelo ante la muerte por medio de la reescritura del yo.

Otra es "El país de las últimas cosas" , ubicada en un espacio distópico que rebasa los mitos conocidos de ciudades apocalípticas.

Finalmente "Ciudad de Cristal" , la cual echa mano del mito babilónico para hablar de la memoria y el duelo como generadores de vida, así como de ese gran texto por descifrar qué es la ciudad como concepto.

Una constante de la narrativa de Auster es que, desde las primeras líneas, el lector queda entretejido en una trama que todavía está por ser contada. Con unas cuantas palabras, anticipa un desenlace.

Saed ha advertido desde hace algunos años, en artículos de crítica literaria publicados en diarios de circulación nacional, que la premisa fundamental del trabajo creativo de Auster puede resumirse en una frase que él mismo escribió cuando tenía 19 años: "The world is in my head. My body is in the world".

La obra de ficción de este autor no puede ser estudiada sin analizar detenidamente sus ensayos, casi autobiográficos, escritos bajo las mismas claves narrativas que sus novelas: "Un hombre en la oscuridad" , "Leviatán" , "La música del azar" , "Mr. Vértigo" y "La noche del oráculo" , entre otras.

Para Paul Auster escribir es un ejercicio necesario para unir los hilos de coincidencias que inundan el ámbito cotidiano. Su condición de autor no puede ser separada de la del ser humano común.

Sus obsesiones literarias rondan los terrenos del azar, la memoria, Nueva York como ciudad babélica; pero también la necesidad de comer para escribir y escribir para comer.

mzr