El depuesto presidente hondureño Manuel Zelaya partió el domingo en la noche rumbo a Nicaragua en un avión cedido por su colega venezolano Hugo Chávez, con el fin de participar en una cumbre de la Alianza Bolivariana de las Américas (ALBA) y otra del Sistema de Integración Centroamericana (SICA).

En una breve conferencia de prensa antes de partir, Zelaya no logró precisar si ambos encuentros serían por separado o se realizarían en conjunto, aunque manifestó que otros mandatarios de naciones que no pertenecen a ninguno de los sistemas estarán presentes el lunes en Managua, como el presidente mexicano Felipe Calderón.

''Espero que comprendan que hemos estado sometidos a mucha presión y tenemos un cónclave en Managua donde estarán Felipe Calderón y el presidente Oscar Arias, a quien le agradezco su gesto y su condena a este golpe de Estado'', dijo Zelaya, luciendo un semblante más fresco y vestido con una camisa blanca de manga larga, conocida como ''guayabera''.

Zelaya reiteró denuncias sobre la detención de su canciller, Patricia Rodas, de quien dijo saber solamente que está en una base militar.

''Creímos que en el siglo XXI los conflictos se dirimían en las urnas, pero han ido a usar la fuerza sobre la razón... los militares están en las calles'', apuntó el político, al detallar que sus hijos están asilados en distintas embajadas mientras su esposa permanece oculta en una zona rural de Honduras.

Zelaya abandonó el hotel en que se encontraba rodeado de un fuerte dispositivo policial, con escoltas y acompañado de varios diplomáticos que también se dirigían a Managua.

El avión, de color blanco, esperaba a Zelaya desde el atardecer en la Base Dos, la sede de la sección aérea del ministerio costarricense de Seguridad, el mismo sitio donde Zelaya fue dejado al iniciar el día por los militares lo secuestraron de su casa, según denunció.