El Senado de la República aprobó esta tarde una reforma para prohibir la publicidad de refrescos en centros e instituciones de educación pública.

El dictamen fue retirado ayer miércoles de la orden del día, lo que provocó la molestia de perredistas,  quienes dejaron entrever la posible "mano" de cabilderos de la industria refresquera.

En la exposición de motivos se recuerda que entre 199 y 2006, la prevalencia combinada de sobrepeso y obesidad en niñas y niños, entre cinco y 11 años, aumentó de tal manera que uno de cada cinco niños escolares estaba afectado, y en 2006, uno de cada cuatro.

La reforma al artículo 301 de la Ley General de Salud pasó a la Cámara de Diputados.

La propuesta, del senador Tomás Torres Mercado (PRD) prohíbe así tajantemente que las escuelas de educación básica no reciban publicidad de bebidas gaseosas, carbonatadas o embriagantes, y con ello combatir los altos índices de obesidad infantil.

El senador Antonio Mejía Haro celebró la aprobación de esta medida, pues informó que cerca de 80 mil personas mueren al año por padecimientos relacionados por el consumo de la comida chatarra, como la diabetes mellitus y la hipertensión arterial.

"Somos un país de obesos, tenemos después de Estados Unidos el segundo lugar. Pero lo que es peor, a nivel de los infantes somos el primer lugar" dijo.

Mejía Haro pidió una legislación íntegra en materia de nutrición y alimentación, "pues si no hacemos nada al respecto, no habrá sistema de salud ni financiamiento que soporte en cinco años la atención de las enfermedades" relacionadas con la obesidad.

Recordó que presentó al Senado una iniciativa para limitar la publicidad de comida chatarra en medios de comunicación y así impedir que niñas y niños estén expuestos a una alta cantidad de comerciales que los induce a consumir productos nocivos para su salud.

"Hoy un niño, aparte de estar cuatro horas viendo la televisión de manera sedentaria, está siendo bombardeado con 30 o 40 spots que anuncian comida chatarra", dijo.

El senador Jesús Garibay García recordó que el dictamen aprobado se retiró de la sesión de ayer por intervención del presidente de la Comisión de Salud, Ernesto Saro (PAN) lo cual provocó la molestia de su compañero de bancada, Tomás Torres.

"Es válido que un senador reclame el que se haya modificado el orden del día, en que se retiren dictámenes que se habían acordado, vendrían para su discusión", dijo.

El Senado, apuntó, no debe permitir que las empresas o "cabilderos" que tengan intereses sobre los temas que tratan los Legisladores, influyan en los procesos legislativos.

Pablo Gómez (PRD) dijo que es importante aclarar por qué se retiró el dictamen en la sesión del miércoles. "Eso abre la especulación, como no se dice por qué, pues cada quién es libre de pensar" en otras condiciones.

Avaló el dictamen pues denunció que en las instancias educativas "se promueve, aunque no se reconozca" a las tienditas de escuela, que desde el punto de vista nutricional, "venden puras porquerías".

Sentenció que ante una "educación muy deficiente, de una escuela de medio tiempo, donde no hay almuerzo incluido, los muchachos y las muchachas comen cualquier cosa que de momento sacie el hambre".

mvc