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Transformando a México en una economía del conocimiento

Nuestro país podría comenzar por construir una red que uniera ciudades, universidades, hospitales, bibliotecas; eso redundaría en un impulso al desarrollo
México, DF | Jueves 19 de marzo de 2009 Víctor Chapela | El Universal
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México tiene una complejidad geográfica que ha limitado su capacidad de desarrollar y mantener infraestructura tradicional. Estas limitaciones históricas serían superadas si nuestras futuras ventajas competitivas y nuestra atención como país se centraran en el desarrollo de una sociedad basada en el conocimiento. La resultante economía del conocimiento cambiaría completamente los paradigmas existentes en relación con el crecimiento, la competitividad, el empleo y el desarrollo social.

Los retos de México

Entre los principales factores que han limitado el desarrollo de la infraestructura en México está su geografía. Varias cadenas montañosas y dos penínsulas cortan y segmentan nuestro país en pequeños pedazos. Construir infraestructura —carreteras o vías férreas— para conectar adecuadamente estos pedazos ha demostrado ser muy costoso y difícil de lograr. Como país, nos mantendremos rezagados respecto de las necesidades de infraestructura de nuestra creciente economía, y a su vez la falta de infraestructura  seguirá constriñendo nuestra tasa de crecimiento potencial.

La revolución del conocimiento podría representar la oportunidad para que México deje atrás algunas de estas limitaciones históricas. En una economía del conocimiento, las barreras geográficas son mucho menos importantes. Las redes de alta velocidad hacen de las distancias algo irrelevante, permitiendo que la educación, los servicios y la información fluyan sin obstáculos hacia esos lugares que pueden beneficiarse de ellos.

Como resultado, todos los rubros de la economía y todas las áreas geográficas conectadas pueden crecer y desarrollarse. Este podría ser el punto crucial para desencadenar el crecimiento económico, la competitividad, el empleo y el desarrollo social de México a futuro.

Economía del conocimiento

El término conocimiento es muy amplio y ha conducido a diferentes interpretaciones de lo que es una economía del conocimiento. Información y conocimiento son usados incluso como términos intercambiables. Lo que distingue al conocimiento de la información es la forma en que el conocimiento dota de poder a los actores con capacidad para la actividad intelectual o física. Por lo tanto, una economía del conocimiento interpreta la información disponible e introduce ese conocimiento en el valor creciente de sus productos y servicios. La economía ya no se basa en la escasez, sino más bien en la abundancia.  A diferencia de la mayoría de los recursos, que se agotan al ser usados, la información y el conocimiento pueden ser compartidos, y de hecho crecer al ser utilizados.

“El éxito económico se basa cada vez más en la utilización efectiva de activos intangibles como el conocimiento, las habilidades y el potencial innovador, como elemento clave para una ventaja competitiva. El término ‘economía del conocimiento’ se usa para describir esta estructura económica emergente” (ESRC, 2005).

“La idea de la economía impulsada por el conocimiento no es sólo una descripción de las industrias de alta tecnología. Describe un conjunto de nuevas fuentes de ventaja competitiva que se pueden aplicar a todos los sectores, todas las compañías y todas las regiones, de agricultura y ventas al menudeo hasta software y biotecnología”. (“Nuevas mediciones de la nueva economía”, Charles Leadbeater, junio de 1999).

Desarrollo de una economía del conocimiento en México

Existen al menos tres aspectos a considerar en el desarrollo de una economía del conocimiento:

1. Debe construirse una nueva clase de infraestructura. Una sociedad basada en la información requiere abundante ancho de banda de internet y gran cantidad de información en línea.

2. Una economía del conocimiento también plantea nuevas amenazas; la legislación debe cambiar dramáticamente para adecuarse a organizaciones sin fronteras, trabajadores remotos y delincuentes en el extranjero.

3. Debe incentivarse el surgimiento y la protección de conglomerados de conocimiento. La política pública debe concentrarse en transformar las fortalezas actuales de México en conglomerados de conocimiento, en vez de tratar de desarrollar nuevas fortalezas que podrían demorarse décadas.

La revolución del conocimiento

Al interconectar millones de sistemas de información, la humanidad ha cambiado profundamente las reglas a partir de las cuales los estados prosperaron durante miles de años. Internet no es solamente el principal catalizador detrás de la economía del conocimiento; podría ser también el más grande transgresor económico y social que hayamos enfrentado.

Los países corren hoy el riesgo de volverse una mercancía. Los trabajadores del conocimiento son altamente móviles y pueden escoger en dónde quieren trabajar, así como dónde quieren vivir y pagar impuestos. Cada día se vuelve más común vivir en un país y trabajar remotamente en otro.

Nuevas reglas

Con el advenimiento de internet, las reglas del juego han cambiado completamente. La proximidad geográfica había sido siempre una fuerza organizadora invisible detrás de asentamientos, leyes, impuestos, negocios y países creados por el hombre. Desde la fundación de los primeros estados, éstos proporcionaron fundamentalmente dos cosas a sus ciudadanos a cambio de los impuestos: seguridad e infraestructura pública. Ambas deben seguir siendo proporcionadas dentro de una economía del conocimiento. No obstante, resulta muy complejo brindar infraestructura y seguridad debido a que el conocimiento y la información no tienen fronteras.

Infraestructura

Para fortalecer la infraestructura del conocimiento, México podría empezar creando una red nacional con una columna vertebral capaz de conectar las principales ciudades, universidades, instalaciones de investigación, hospitales y bibliotecas públicas a muy altas velocidades. El ancho de banda debe ser un recurso abundante en una economía del conocimiento porque es el mejor conducto para utilizar, compartir y vender conocimiento.

Adicionalmente, se deben crear sitios federados y de colaboración. Bases de datos conectadas en red como éstas deben promover la interacción en línea entre usuarios y productores. Los ciudadanos deben involucrarse en crear, editar, enlazar y validar contenidos. Usando un modelo no regulado, la información y el conocimiento empiezan a fluir y a acumularse exponencialmente.
México podría también desarrollar más o transformar algunos de sus hermosos lugares turísticos en parques del conocimiento. Estos parques tendrían toda la tecnología, las comunicaciones, las instalaciones, las viviendas y las escuelas necesarias para permitir que empleados y compañías del conocimiento extranjeras trabajen remotamente. Los trabajadores del conocimiento siempre buscan mejorar su calidad de vida, y esto podría ser una buena forma de atraerlos.

Seguridad

Por otro lado, brindar seguridad digital es algo que actualmente está mas allá del alcance del país; el cibercrimen es global. El fraude anónimo y sin fronteras es el problema de mayor crecimiento para todos los países, incluyendo México. La mayoría de los delincuentes vive ahora más allá del alcance de las leyes que rompe. Pueden fácilmente comprar números de tarjetas de crédito en internet y usarlos para robar dinero sin nunca levantarse de su silla. Los estados están encontrando graves dificultades para adaptar leyes geográficamente limitadas a fin de incluir el crimen mundial.

Tratados internacionales y esfuerzos coordinados podrían ser la única forma de reducir esta amenaza.

Conglomerados de conocimiento

También con dificultades, los estados buscarán beneficiarse del conocimiento creado, vendido o consumido dentro de sus fronteras. Los países tendrán que competir para atraer corporaciones y trabajadores del conocimiento a su territorio. O, en un mejor escenario, necesitan encontrar formas de que surjan y se desarrollen dentro del país. Esto requiere de conglomerados de conocimiento locales.

El ecosistema requerido para que estos conglomerados de conocimiento surjan y maduren es complejo y no es fácil de generarse artificialmente. Un país debe concentrarse en sus conglomerados industriales existentes e incentivar su transición hacia conglomerados de conocimiento. Incluso entonces, los conglomerados son difíciles de encontrar y existen pocos ejemplos de industrias que pudieran transformarse. Encontrarlas es en sí mismo uno de los más grandes retos.

Un ejemplo podría ser la industria mexicana del entretenimiento. México tiene una larga tradición de producir desde telenovelas y películas vistas a nivel mundial, hasta actores y cantantes famosos. La industria se mantiene saludable y próspera. Sin embargo, se ha perdido totalmente la revolución del conocimiento. La industria de los videojuegos es ahora más grande que las industrias tanto cinematográfica como musical. Al ritmo actual, rebasará los ingresos de la industria de la televisión en pocos años.

Solamente en México, la venta de videojuegos llegará a más de mil millones de dólares para 2010. No obstante, México no ha producido ni un solo videojuego. Ofreciendo los incentivos y la infraestructura adecuada, la industria del entretenimiento mexicana podría ser atraída hacia ese nuevo medio. La mayor parte del talento y los recursos ya están ahí; sólo necesita evolucionar. Al igual que éste, otros conglomerados de conocimiento podrían surgir si el gobierno realizara un esfuerzo concentrado para encontrarlos y cultivarlos.

Alteraciones abren nuevas oportunidades

Es bajo condiciones alteradas como éstas cuando el terreno de juego se nivela y surgen nuevas oportunidades. México necesitará actuar decisivamente para sacar ventaja de esta revolución del conocimiento. Debemos concentrarnos en crear un mejor futuro. No debemos dejar pasar esta oportunidad para transformar nuestro país.

(Traducción: Gregorio Narváez)

Investigador de la educación



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