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Aplican “limpieza social” a indigentes

Esta medida ha obligado a muchos niños y adolescentes a replegarse de forma intermitente en hoteles de paso, por 50 pesos la noche, motivando otra forma de explotación
Domingo 15 de marzo de 2009 Cristina Pérez-Stadelmann | El Universal
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Cada vez más niños y adolescentes engrosan las hoy denominadas “poblaciones callejeras”.

De acuerdo con el Diagnóstico de Derechos Humanos del Distrito Federal de 2008, este fenómeno social ha evolucionado en las últimas décadas y ahora coexisten en el mismo espacio niños, niñas, jóvenes, mujeres, familias, personas adultas y mayores.

Estos grupos, carentes de documentos de identidad, sobreviven con sus propios recursos en medio de las adversidades de la calle.

Durante la anterior administración (2002-2006) se contrató a Rudolph Giuliani para realizar una propuesta desde su experiencia como alcalde de Nueva York, y adaptarla a la ciudad capital.

Con las recomendaciones de Giuliani se legislaron en la ciudad de México varias estrategias que han convertido la sobrevivencia callejera en infracción.

Así, pernoctar en parques, avenidas, plazas y ejercer la mendicidad encubierta (limpiar parabrisas en los cruceros), conlleva a incumplir la Ley de Cultura Cívica del Distrito Federal.

“La limpieza social” ha obligado a muchos niños y adolescentes a replegarse de forma intermitente en hoteles de paso, por 50 pesos la noche, motivando otra forma de explotación.

Por ejemplo, los hoteles El Escorial, El Recreo y Drigales, en la colonia Guerrero, se cuentan entre los más concurridos por niños y niñas de diversas edades; muchas de estas últimas viven de prostituirse en el callejón de San Pablo, conocido también como La Pasarela —a una cuadra de la estación La Merceddel Metro—. Entremezclándose con otras mujeres, se integran a una fila circular con la expectativa de ser “seleccionadas” a cambio de tarifas entre 70 y 500 pesos.

Acompañadas de sus clientes ocasionales, las menores de la calle se internan en otros hoteles de paso cercanos, en cuya entrada, paradójicamente, se advierte que está “prohibida la entrada a menores”.

De enero de 2005 a diciembre de 2007, la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal recibió 94 quejas de presuntas violaciones a garantías individuales, de las que se desprende que las personas en situación de calle tenían la calidad de agraviadas.

Las distintas acciones que los gobiernos han realizado en las tres últimas décadas para la atención de poblaciones callejeras se mantuvieron en el mero asistencialismo.

La mayor parte son planes que responden a coyunturas políticas y que carecen de continuidad. No consideran infraestructuras ni asignación de recursos diferenciados, ni toman en cuenta la evolución y complejidad del fenómeno social de las poblaciones callejeras.

 



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