Las prioridades del nuevo presidente de Estados Unidos, Barack Obama, serán la salida a la crisis económica y el uso de la diplomacia en lugar de la guerra, y no una reforma migratoria que legalice a millones de mexicanos en aquel país.

Tras la toma de posesión del primer presidente afroamericano y número 44 de la Unión Americana ante más de un millón de personas frente al Capitolio en Washington y transmitido en vivo a todo el mundo por televisión, radio e internet, Ana María Salazar, analista política, y Enrique Berruga, ex embajador de México ante la ONU prevén lejana una reforma migratoria que beneficie a millones de migrantes que trabajan en aquel país.

"La economía es la prioridad para el gobierno de Obama, y mientras más rápido se recupere Estados Unidos, más beneficiado se verá nuestro país, indicó Ana María Salazar durante un chat con lectores de ELUNIVERSAL.com.mx, pues en su discurso de toma de posesión reconoció que la "economía está muy debilitada, como consecuencia de la avaricia y la irresponsabilidad por parte de algunos, pero también por el fracaso colectivo en tomar las decisiones difíciles".

En el mismo foro, Enrique Berruga afirmó que en migración es prácticamente seguro que no habrá amnistía para los migrantes.

El ex embajador de México ante la ONU estimó que existe un ánimo muy positivo en México y en mundo ante la posibilidad de un cambio con la presidencia de Obama pues "representa una nueva generación, una forma fresca de pensar, tiene muy pocas ataduras con un pasado político, pocas facturas que pagar y por tanto tiene en sus manos la posibilidad de superar la crisis económica y de imprimir una nueva confianza y serenidad en las relaciones internacionales".

Dijo que se observa que Barack Obama es un hombre que respeta la multiculturalidad, que es prudente y que no tiene los vicios de los veteranos de la política de Washington y por ello puede traer una bocanada de aire fresco en su visión hacia México. No tiene filias ni fobias contra México, pero reconoce la importancia del vecino.

Para Salazar, la diferencia que con la administración de Obama es que los intereses de México podrían encontrar más espacios en común con los intereses de Estados Unidos.

Adicionalmente, el solo hecho de que haya un "cambio" permite que ambos países intenten buscar nuevas avenidas y mecanismos de cooperación.

En el plano internacional, Ana María Salazar también coincidió con Berruga en esperar un cambio positivo principalmente con el pueblo musulmán y generar una política de acercamiento hasta ahora no vista con Medio Oriente.

"Recordemos que aunque Obama es cristiano, parte de su vida lo vivió en un país donde predominaba la religión musulmana. El reconocimiento que les dio en su discurso el día de hoy fue histórico", indicó la analista.

Sin embargo, ambos analistas resaltaron que sobre el cúmulo de demandas e ilusiones depositadas en la nueva administración parece poco realista el que se puedan cumplir y que el nuevo presidente parece estar consciente de ello al poner fin a la era de las quejas mezquinas, de las falsas promesas" en la política de esta nación.

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