La especulación del "retorno masivo" de migrantes desde que la crisis financiera en Estados Unidos a incrementado, ha sido una de las grandes preocupaciones de los paisanos y sus familias en México, aunque el panorama no es tan catastrófico como se había planteado al cierre del 2008.

Según un estudio del Colegio de la Frontera Norte, la recesión económica estadounidense ha repercutido en la disminución del empleo en sectores claves para los migrantes mexicanos (construcción y manufactura de alimentos), una caída de los ingresos en los hogares de los indocumentados y un creciente porcentaje de deterioro en sus condiciones de vida.

Aunque los primeros síntomas se registraron desde el 2006 y, más recientemente, el volumen de las remesas también inició una tendencia descendente que parecería revertirse debido a la caída del peso frente al dólar. La ampliación de los operativos del gobierno de Estados Unidos es uno de los principales factores que han conducido a la criminalización y deportación de miles de mexicanos.

Es indudable que el ambiente económico, social y judicial en estos momentos es desfavorable y hostil hacia los indocumentados. A pesar de que las condiciones de vida de los latinos se han deteriorado en los dos últimos años, los datos de la Encuesta sobre Migración en la Frontera Norte de México (EMIF NORTE) no muestran ninguna evidencia de un retorno masivo de migrantes o de un patrón migratorio diferente a lo observado en años anteriores.

Aunque es muy probable que muchos de los que no tengan arraigo familiar, empleo seguro y propiedad de una casa en Estados Unidos decidan quedarse en su país  por un corto periodo. Aquí en México el coordinador de asuntos internacionales del Estado de México, Arnulfo Valdivia Machuca, señaló que de los 80 mil migrantes mexiquenses que retornaron al país durante las fiestas decembrinas sólo 15 mil se quedarán de forma definitiva.

Los monitoreos y encuestas realizadas por el gobierno estatal en clubes de migrantes que radican en más de 20 ciudades norteamericanas han registrado sólo un movimiento dentro del territorio estadounidense en busca de un mejor empleo.

El funcionario agregó que debido a lo anterior, el panorama que se tenía al cierre del 2008 se está modificando y ya no se tiene un pronóstico de ''retorno masivo'' como se planteó al inicio de la crisis económica. ''Si habrá algún retorno pero desde luego no será como se esperaba, pues incluso hubo un descenso en los migrantes que vinieron durante la época decembrina, lo cual nos indica que no hay un retorno masivo'' como se había dicho, indicó.

El Colegio de la Frontera Norte señala que existen cinco razones por la que los migrantes no regresarían a México incluyendo la fuerte expectativa de reforma migratoria con Barack Obama en el poder. La primera es porque una gran porción de los migrantes mexicanos están plenamente integrados a Estados Unidos.

La segunda razón debido al incremento de la vigilancia fronteriza y de las redadas, lo que eleva los costos de volver a México e intentar regresar al vecino país del norte como indocumentado. Una tercera es porque estas mismas políticas, junto a cambios importantes en la demanda de trabajo, han fracturado el patrón de migración circular que históricamente caracterizó al flujo México- Estados Unidos.

Este cambió principalmente desde 1986 por IRCA (Immigration Reform and Control Act) al permitir el establecimiento de miles de familias en territorio estadounidense. La cuarta es por la compleja decisión de regresar a México ya que millones de indocumentados tienen hijos que son ciudadanos estadounidenses o que asisten a las escuelas en ese país. Quinta, la situación económica en México no es precisamente mejor que la de su socio comercial, por lo que el regreso no es un incentivo.

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