Alemania cerrará 2008 con un alarmante récord de delitos y actos violentos por parte de la ultraderecha, mientras los políticos de todo el espectro parlamentario claman por consensuar mejor la lucha contra los neonazis.

La estadística de los delitos atribuidos al extremismo de derecha se disparó hasta alcanzar la cifra de 11 mil 928 casos computados a finales de octubre, cerca de un treinta por ciento más que el año anterior y, en términos matemáticos, unos 40 al día.

A falta de que Interior detalle la estadística global, el propio titular del ministerio, el conservador Wolfgang Schäuble, admitió ya hace unos días que se había registrado un preocupante aumento de la violencia ultraderechista.

La estadística, aún parcial, fue facilitada a requerimiento de la representante del opositor partido La Izquierda Petra Pau, quien criticó al gobierno que, paralelamente a sus proclamas, ha suspendido ayudas a proyectos locales que luchan, en zonas socialmente deprimidas, contra la acción de reclutamiento neonazi.

Se estima que en Alemania hay unos 10 mil ultraderechistas violentos, cifra que ha ido en aumento en los últimos cinco años, justamente desde que fracasó el intento por ilegalizar el Partido Nacional Democrático (NPD) , la principal formación de ese ámbito.

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