Algunos partidarios de los casamientos homosexuales instan a dejar de trabajar el miércoles para demostrar en qué medida la nación depende de ellos, si bien otros se preguntan si es conveniente hacerlo en momentos de depresión económica.

Los organizadores del 'Día sin un homosexual' -en coincidencia con el Día Internacional de los Derechos Humanos y modelado en demostraciones similares de inmigrantes hispanos- también instan a sus partidarios a efectuar trabajos voluntarios y abstenerse de gastar dinero.

La propuesta es llamar al trabajo y en vez de ''declararse enfermo'', ''declararse gay''.

Sean Hetherington, un comediante de West Hollywood y entrenador personal, tuvo la idea junto con su compañero Aaron Hartzler después de leer en Internet que algunos indignados activistas por los derechos homosexuales proponían una huelga de un día para protestar por la aprobación en California de la Propuesta 8 que revirtió la decisión de la Corte Suprema estatal que había autorizado el matrimonio entre personas del mismo sexo.

La pareja supuso que sería más efectivo y menos controversial si se pidiera a sus simpatizantes efectuar tareas comunitarias en vez de quedarse en casa. Docenas de agencias sin fines de lucro, desde el Centro Legal Nacional Femenino en Washington hasta una iglesia metodista en Fresno que recaba alimentos para los desamparados, han ofrecido oportunidades a los voluntarios en el cibersitio de la pareja.

mdz